SOCIEDAD › ASEGURAN QUE EL GOBIERNO MANDA MENOS COMIDA
Profesionales relacionados con las áreas de salud y nutrición, miembros de comedores de la ciudad y legisladores representantes de las comisiones de Políticas Públicas para la Ciudadanía Plena y de Derechos Humanos se reunieron en la Legislatura porteña para debatir los problemas de los comedores porteños y sus posibles soluciones. El incumplimiento en la entrega de alimentos, la merma y la baja calidad de las raciones que todavía llegan, además de la denuncia sobre los peligros de incluir trisoja en las dietas, fueron algunos de los puntos clave de la charla.
“El Estado se está retirando de sus responsabilidades. Considera que la salud pública, en especial la alimentación, es un gasto totalmente improductivo”, denunció Elena Herbstein, encargada de iniciar el debate “El hambre silencioso”, organizado por el Movimiento por el Derecho a la Alimentación, que ella integra. Basó sus reclamos en tres hechos: la reducción por parte del Ejecutivo porteño de la cantidad de alimentos que entrega a los comedores comunitarios, el incumplimiento en la elaboración de un informe que dé cuenta de la situación nutricional de los sectores más castigados de la ciudad y el recorte en los planes de asistencia destinados a personas de bajos recursos.
Respecto del primer punto, alertó que en los comedores comunitarios de la ciudad de Buenos Aires “no se respeta la dieta sugerida porque no reciben los alimentos necesarios, su calidad es pésima y las raciones disminuyeron a pesar de que se incrementó la cantidad de personas que acuden allí a comer”. La acusación fue ratificada por miembros de algunas de las organizaciones que dan de comer a niños, jóvenes y adultos –incluso a familias enteras– en situación de vulnerabilidad social.
Es el caso de Gladys, encargada de cocinar en un comedor del Bajo Flores, donde “la única proteína que envían son 60 huevos por semana, que tienen que alcanzar para 120 personas. Carne, ni siquiera un hueso pelado. Mandan una bolsa de fruta por semana de la que tenemos que tirar casi la mitad porque está podrida”, relató.
Según la ex presidenta de la Asociación de Nutrición bonaerense y experta en el área, Miryam de Gorbán, “la anemia es el gran monstruo que golpea a la infancia porteña y bonaerense”, donde afecta al 40 por ciento de los niños, según los datos de la última encuesta de nutrición oficial. Partiendo de esa cifra, Gorbán atacó la iniciativa de agregar trisoja a los menúes de los comedores escolares y comunitarios: “La soja tiene sustancias antinutricionales que impiden la absorción de hierro, calcio y zinc, necesarias para la maduración del cerebro en las primeras etapas de crecimiento, además de ser rica en falsas hormonas y deficitaria en aminoácidos. Si tenemos una población con anemia ¿por qué estamos eligiendo un alimento que no conocemos, que no nos sirve y que no nos gusta?”, detalló. Después de una denuncia publicada en este diario, el gobierno porteño anunció que dejará de enviar trisoja de las escuelas.
La mala calidad de la comida, específicamente de una partida de leche en mal estado recibida por el comedor La Misión, ubicado en el centro de evacuados donde sobreviven los habitantes de la ex Villa Cartón, fue el eje central de la denuncia judicial presentada por los diputados Liliana Parada y Martín Hourest, del bloque Igualdad Social. Los miembros de ese comedor contaron su experiencia: “Por suerte pudimos denunciarlo antes de que los chicos tomaran esa leche, sino quizás ahora estaríamos lamentando chicos muertos”, dedujo Mabel, responsable del espacio.
Informe: Ailín Bullentini
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