Jue 16.10.2008

SOCIEDAD  › EXPERIMENTO EN MONOS PARA VENCER LA PARáLISIS

Un puente para recuperar movilidad

› Por Alicia Rivera *

Una sola neurona de la zona correcta del cerebro es capaz de activar los músculos de las extremidades paralizadas por lesiones de médula espinal. Eso sí, hay que hacer un puente, una conexión artificial, entre esa neurona del córtex y la zona afectada para evitar la interrupción de la comunicación natural. Lo han hecho en un experimento con monos tres científicos estadounidenses. De momento, aprecian una clara tensión de los músculos antes inertes de un brazo paralizado del animal, pero están seguros de que es un paso en la dirección correcta para lograr que el cerebro controle movimientos complicados por un puente así.

“Estos resultados suponen la primera demostración de que unas conexiones directas artificiales entre las células corticales y los músculos pueden compensar las rutas fisiológicas interrumpidas y restablecer el control deliberado de movimientos en extremidades paralizadas”, afirman Chet T. Moritz y sus colegas en la revista Nature.

La estrategia puede servir también para diseñar y aplicar prótesis más eficaces y mejor controladas. Los investigadores recuerdan que se hicieron experimentos precedentes en los que se aprovecha la actividad de neuronas del cerebro implicadas en los movimientos para controlar el cursor de una computadora. También se logra activar músculos paralizados mediante estimulación eléctrica. Lo que ellos hicieron con sus dos macacos es explotar lo mejor de ambos enfoques haciendo que las neuronas controlen directamente los músculos –del antebrazo y la muñeca– a través de ese puente.

El efecto no es inmediato, pero los animales logran ese control deliberado con diez minutos de entrenamiento. Los ensayos se hicieron con decenas de neuronas individuales –no todas de la zona del córtex implicada en el movimiento– y funciona en casi todas. Los monos incluso aprenden a modular la señal que se envía del cerebro al músculo, de manera que gradúan a voluntad la fuerza de contracción o el reposo. El entrenamiento ayuda, porque el animal controla cada vez mejor el dispositivo y comete menos errores a medida que practica más. “Futuros avances en esta estrategia de control directo puede conducir al desarrollo de dispositivos implantables que podrían ayudar a restablecer los movimientos deliberados en individuos que sufren parálisis”, concluyen los investigadores.

* De El País, de Madrid. Especial para PáginaI12.

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