SOCIEDAD › EN 310 CONTROLES DE ALCOHOLEMIA, SóLO OCHO SANCIONADOS
El nuevo sistema de puntaje para las infracciones de tránsito porteñas debutó ayer por la madrugada, alrededor de las 2, en la esquina de Cabildo y Juramento. “La primera víctima del scoring”, según detalló Pablo Martínez Carignano, director de Seguridad Vial porteño, “es una mujer de 48 años que iba a bordo de un Reanult Sandero y dio 0,61 (gramos de alcohol por litro de sangre), por lo cual se le secuestró el auto y ahora, además de la causa contravencional, sufrirá un descuento de diez puntos”, de los 20 que se le habían acreditado apenas unas horas atrás. En total hubo 310 controles de alcoholemia y sólo ocho dieron positivo. El conductor más ebrio resultó ser un abuelo de 80 años, que dio 0,93 en Avenida del Libertador y República de la India.
A diferencia de la Nochebuena y Navidad pasada, cuando se registraron algunos incidentes entre los conductores y las autoridades a cargo de los controles, ayer ninguna de las ocho personas que no pasaron el control (dos mujeres y seis hombres) “formuló planteos ni resistencia al secuestro”, remarcó Martínez Carignano. La semana pasada fueron 15 los que no aprobaron el test, un dato que ayer fue interpretado por el gobierno porteño como prueba del éxito de la política antialcohol destinada a prevenir accidentes. “Hay más conciencia”, destacó el funcionario en referencia a esta baja del 50 por ciento en las infracciones.
La quita de puntos o scoring fue aprobada por ley el 7 de febrero último y no es automática. Según explicó a Página/12 un vocero del Ministerio de Seguridad porteño, si se trata de una contravención como la de manejar alcoholizado, el conductor es citado por un juez contravencional ante quien “puede hacer un descargo, presentar sus argumentos y luego es el juez el que decide la quita de puntos”. En caso de una infracción, cruzar un semáforo en rojo por ejemplo, el conductor debe acudir al controlador de faltas, quien evalúa si descuenta los puntos.
“Las personas a las que se les secuestró el auto después del test de alcoholemia pudieron retirarlo cinco horas después en la playa de seguridad vial. No se les cobra acarreo (a diferencia de quienes estacionan en un lugar prohibido) y sólo el titular del vehículo puede retirarlo. Claro que antes de que lo retire se le vuelve a hacer un control de alcoholemia en la playa de estacionamiento”, alertó el vocero.
Los test de ebriedad duraron hasta al amanecer de ayer y pasado el mediodía el objetivo de las autoridades se dirigió hacía los conductores de micros. Por eso, un grupo de inspectores controlaron a choferes y acompañantes de los ómnibus de media y larga distancia que salían de la estación terminal de Retiro hacia distintos destinos del interior del país, en pleno inicio de las vacaciones de verano.
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