La hipótesis que indicaba como móvil del crimen del decorador de Susana Giménez, Gustavo Lanzavecchia, un ataque de delincuentes que lo tomaron por sorpresa mientras negociaba con un policía la venta de su auto ayer fue “totalmente” descartada por los investigadores, contradiciendo los polémicos reclamos de Su Giménez por la pena de muerte. Uno de los dos hombres detenidos y acusados de ser los “autores materiales” del asesinato “tenía una relación personal con la víctima (Lanzavecchia) desde un tiempo atrás”, confirmó el jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza, Marcelo Chiebrau.

Uno de los dos hombres detenidos ayer por efectivos de la DDI y “sindicados de manera directa como autores materiales del hecho” por el jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Antonio Torreira, se llama Roberto, tiene 27 años y, según las líneas de la investigación, mantenía “una relación personal” con Lanzavecchia. “Era una persona que tenía un acercamiento directo y que lo había visitado en varias ocasiones en su domicilio”, indicó Chiebrau en una conferencia de prensa compartida con Torreira, tras la detención de los sospechosos, que serán indagados por la fiscal a cargo del caso, Analía Córdoba.

La vinculación personal entre víctima y presunto victimario cambia el panorama diagramado por las primeras pistas del caso, cuando la aparición del automóvil incendiado en la localidad bonaerense de Pontevedra parecía ubicarlo como el móvil del crimen.

Sin embargo, una serie de datos brindados por testigos que presenciaron el abandono del vehículo llevaron a los investigadores hasta la localidad vecina de Mariano Acosta, en el partido de Merlo, donde detuvieron al “conocido” del decorador y a un joven de 19 años, otro de los acusados, en sus respectivas casas. Existe un tercero que, aunque prófugo, está “perfectamente identificado”, sostuvo el jefe de la DDI.

Según confirmó, en la casa de los hombres se secuestró un arma de fuego, armas blancas, ropa, una peluca y un microondas, elementos sustraídos de la casa de Lanzavecchia, ubicada en Charcas al 3300, en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador, partido de La Matanza.

Para los investigadores, el acusado que mantenía una relación con el decorador se aprovechó de la confianza que éste le tenía para robar una suma de dinero que creía se encontraba en su casa. Al parecer, los dos detenidos y el prófugo llegaron a la vivienda de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza, con la excusa de pasar un rato “entre amigos”. Según relató el jefe de la DDI, “había la suficiente confianza para que la víctima le permitiera el ingreso a esa persona junto a otros dos sujetos, que son los que también participaron del hecho”.

Una vez adentro “lograron maniatarlo” y comenzaron a revolver la casa en busca del botín. Fue en ese momento que llegó el teniente primero Alejandro Alvarez Auer, que conocía a Lanzavecchia porque estaba interesado en el Volkswagen Bora que el empleado de Susana Giménez tenía en venta.

“A esa altura, estaban muy nerviosos porque no encontraban el dinero y la llegada del policía terminó por alterarlos”, relató Chiebrau encadenando las posibles razones que llevaron a los delincuentes a amorzadar, herir y tirar a la pileta de la vivienda a Lanzavecchia, que falleció ahogado, y a herir al policía, que aún se encuentra internado.

El investigador señaló que tras atacar a las dos víctimas y no hallar la plata que buscaban, los delincuentes decidieron llevarse lo que podían cargar en el auto de Lanzavecchia y huir, creyendo que el policía también estaba muerto. “Fueron hasta el domicilio de uno de ellos, donde dejaron todo lo sustraído. Abandonaron el auto unas cuadras más adelante, cuando en la fuga tuvieron un accidente. Entonces decidieron quemarlo”, añadió.