SOCIEDAD › PRIMER CASO AUTóCTONO EN SANTIAGO, MEJORA EN SALTA Y JUJUY
Las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación trazaron un panorama de la enfermedad en el país. Aunque Santiago del Estero se sumó a las provincias con contagios –es la séptima–, el dengue entró en una etapa de meseta.
› Por Pedro Lipcovich
Se registró el primer caso de dengue autóctono en Santiago del Estero, que así pasa a ser la séptima provincia argentina donde hay mosquitos con el virus de la enfermedad. Entretanto, la aparición de nuevos casos disminuyó sensiblemente en los focos de Orán, Salvador Mazza y Tartagal, en la provincia de Salta, donde se realizaron efectivas acciones de “descacharrado”. También bajaron los casos nuevos en la provincia de Jujuy. La incidencia en Catamarca bajó sólo parcialmente. En cambio, la cantidad de nuevos casos sigue elevada en varias localidades del Chaco. El Ministerio de Salud de la Nación estima que la epidemia en el país quedará controlada en mayo. Anoche se registraban 8185 casos, con tres fallecidos. Especialistas de la OPS y del ministerio advirtieron que la prevención más eficaz consiste en “descacharrar”, y que esta acción incluye el tratamiento de los basurales a cielo abierto. La fumigación sólo es útil en las proximidades de los domicilios de los casos detectados.
La detección de un caso autóctono en Santiago del Estero –que ya registraba 10 casos importados– “fue confirmada por un laboratorio regional”, dijo Hugo Fernández, director de prevención de enfermedades y riesgos del Ministerio de Salud de la Nación. El caso se habría registrado en una zona próxima a Catamarca.
Fernández –funcionario de carrera en la cartera de Salud– anunció que “en Orán, Tartagal y Salvador Mazza, el dengue está en remisión, y la tendencia a la baja se verifica en toda Salta”. En Orán, entre el 23 y el 26 de marzo se registraron 48 casos (para esta evaluación se toman todos los “febriles sospechosos”); habían superado los 200 entre el 14 y el 20 de ese mes. Este verano se efectuaron en esa ciudad dos acciones de descacharrado, como resultado de lo cual las larvas del Aedes aegypti, que en enero se hallaban en el 22,2 por ciento de las casas, bajaron al 4,8 por ciento.
En Tartagal, los casos nuevos bajaron a menos de diez entre el 23 y el 26 de marzo, tras un pico de casi 110 entre el 15 y el 18 de febrero; la infestación domiciliaria, descacharrado mediante, bajó del 12,1 al 5,2. En Salvador Mazza, los nuevos casos no pasaban de siete entre el 23 y el 26 de marzo, tras superar los 60 a principios de mes. La infestación domiciliaria cayó del 16 al 6,2 por ciento. En la provincia de Jujuy, los casos nuevos bajaron a 38 por semana, a fines de marzo, tras haber llegado a 59; especialmente en Caimancito, la cantidad bajó de 38 a uno solo.
En Catamarca la situación es menos alentadora. En el barrio Eva Perón, donde se había iniciado el brote, el promedio de casos se estabilizó en unos cien cada tres días, luego de haber llegado a 250. En el Hospital de Niños de Catamarca, volvió a acercarse a cien en los últimos días de marzo, luego de haber bajado a menos de 60. En el Hospital San Juan Bautista, subió hasta llegar a 250 entre el 27 y el 29 de marzo.
En Chaco, los casos nuevos subieron en Presidente Roque Sáenz Peña –donde entre el 27 y el 29 de marzo llegaron a 99– y especialmente en Pampa del Infierno –entre el 30 de marzo y el 1º de abril, se acercaban a 50–. En Resistencia, la capital, bajaron a 10, luego de haber llegado a 22 entre el 24 y el 26. En Charata, siguen siendo muchos: unos 340 entre el 28 y el 30 de marzo, tras haberse acercado a 600 entre el 25 y el 27.
Antonio Pagés –especialista de la Organización Panamericana de la Salud– subrayó la importancia del “descacharrado”, eliminación de recipientes que actúan como criaderos: señaló que “la fumigación sólo mata a los mosquitos adultos” pero no a las larvas que aseguran su reproducción. Hugo Fernández comentó que “un estudio efectuado en San Salvador de Jujuy, hace un par de años, mostró que la fumigación sistemática, efectuada cada 30 días, no tuvo prácticamente ningún impacto sobre la presencia del Aedes aegypti. En cambio el descacharrado, cada 30 días, redujo el mosquito durante todo el año”. La eliminación de los criaderos debe hacerse en todo el país, y no alcanza con acciones de las autoridades: requiere la participación habitual de los particulares”. Sólo cuando se detecta un caso sospechoso se procede “al rociado en los alrededores del domicilio, para eliminar los mosquitos que portan el virus”, precisó Fernández.
Es cierto que “descacharrar incluye tratar la basura, ya que en los basurales, latas y envases descartables funcionan como criaderos”, observó Pagés, y Fernández señaló que “este reordenamiento ambiental sirve también contra los roedores que trasmiten hantavirus o leptospirosis”. Además, advirtió Pagés, “cuando no hay agua corriente, se la almacena en recipientes que suelen ser criaderos del Aedes”. Este último es el caso de la localidad chaqueña de Charata.
En general, la epidemia fue mejor afrontada por las provincias que ya tenían experiencia con el dengue –Salta, Jujuy, que lo sufrieron por última vez en 2007– que por las que no la tenían, como Catamarca. “En la Argentina el dengue no es endémico, como en parte de Brasil, donde persiste todo el año”, precisó Fernández. Las características de cada brote dependen de su procedencia: en la ciudad de Buenos Aires y el territorio bonaerense, hay mucho menos casos (siempre “importados”) que en 2007, porque estos distritos tienen más comunicación con Paraguay –donde prevaleció el dengue ese año–, mientras que la epidemia actual viene sobre todo de Bolivia, por el noroeste.
Anoche se registraban 7848 casos autóctonos confirmados: 3890 en Chaco, 2348 en Catamarca, 1185 en Salta, 340 en Jujuy, 65 en Tucumán y 20 en Corrientes (no se incluía todavía el de Santiago del Estero); más 337 importados y tres hemorrágicos. Había tres fallecidos, dos por dengue hemorrágico y otro por dengue común complicado por shock. El dengue hemorrágico requiere la reinfección con un subtipo distinto, en el curso de otra epidemia, ya que la primera infección confiere inmunidad por 60 a 120 días contra todos los subtipos del virus. Hugo Fernández estimó que “tomando en cuenta la experiencia histórica, es previsible que los brotes remitan en mayo”.
Ayer Graciela Ocaña, ministra de Salud de la Nación, se reunió para coordinar acciones con Jorge Lemus –ministro de Salud porteño– y Claudio Zin –su par bonaerense, quien organizó una campaña de educación preventiva para todos los alumnos de primaria de la provincia–.
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