SOCIEDAD › HOY SE REALIZARA LA CEREMONIA DE LOS CASI 300 MUERTOS EN EL TERREMOTO
Siguen las réplicas, algunas muy fuertes. Hoy se realizarán los funerales de los 279 fallecidos en el terremoto del lunes. Pese a los chistes de Berlusconi, los 29 mil refugiados viven en pésimas condiciones, sin agua caliente y con baños insuficientes.
Se registraron en la región central de Italia nuevas réplicas del sismo ocurrido el domingo último. El movimiento más violento ocurrió ayer a la madrugada italiana, con 5,2 grados en la escala de Richter, y se sintió con mucha fuerza en la ciudad ya devastada de L’Aquila, pero también fue percibido en dos de las regiones fronterizas a los Abruzos, la Lazio y las Marcas. Las consecuencias: nuevos derrumbes. El balance oficial, todavía provisorio, elevó los muertos a 279 personas, entre ellas 20 niños, y el número de heridos supera los 1200, de los cuales 179 se encuentran en grave estado. Las condiciones de vida de los más de 29.000 evacuados son desesperantes: en los campamentos no hay agua caliente, los apagones son constantes y los baños químicos insuficientes. Hoy se llevarán a cabo funerales nacionales, presididos por el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. Mientras tanto, la magistratura italiana abrió una investigación para determinar si hubo violación de las leyes antisísmicas en la construcción de edificios en los últimos 40 años en L’Aquila.
La tierra siguió temblando cuatro días después del terremoto que devastó la región de Abruzos. Las sacudidas se sintieron inclusive en Roma, a 100 kilómetros de distancia. El primero de los temblores se produjo cerca de las 2.52 (hora local) y generó nuevos momentos de pánico en los campamentos de evacuados de la ciudad de L’Aquila, epicentro del mortífero terremoto. Aunque ayer la esperanza de encontrar supervivientes era muy débil, los nuevos movimientos telúricos complicaron aún más la tarea de los equipos de salvamento. También a las 15.19 y a las 21.40 de Italia (cinco horas más que en Argentina) hubo sacudidas con intensidades en la escala Richter de 3,6 y 4,9 grados, respectivamente. Durante la noche, los socorristas anunciaron que habían recuperado otros dos cadáveres en un albergue para estudiantes que se derrumbó completamente el lunes de madrugada. Razón por la cual, el número de muertos alcanzó las 279 personas.
Volver a escuchar el crujir de las piedras, el temblor de las mesas y el chirriar de los objetos, no fue lo único preocupante para los refugiados. Porque las condiciones de vida en los campamentos de los “sin hogar” son muy complicadas. A pesar de las bajas temperaturas de la zona, no hay suministro de agua caliente, los cortes de luz son permanentes y los baños no alcanzan para cubrir las necesidades de los más de 29.000 evacuados. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció que destinará “70 millones de euros” para las “primeras necesidades” en la zona afectada. Esta cantidad de dinero, sumada “a los 30 millones” previamente dispuestos, “lleva a 100 millones (de euros) la cifra a disposición de la protección civil para las primeras necesidades” de la población de los Abruzos, explicó Berlusconi.
Las dos primeras víctimas del sismo fueron enterradas el pasado miércoles: una en la región afectada por el terremoto y la otra en la zona vecina de Molise. Hoy, a raíz de una dispensa papal, los funerales “solemnes” de las casi 300 personas restantes serán celebrados en L’Aquila. Dado que es Viernes Santo, se conmemorará la Pasión de Cristo y el gobierno italiano decretó luto nacional. La ceremonia, organizada en un cuartel de la Guardia Financiera, será presidida por el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. El ex marido y la hija mayor de Andrea Passamonti, la argentina que murió en Onna junto a su esposo y la beba de ambos, viajaron ayer a la zona del desastre para asistir a los funerales.
El fiscal de L’Aquila, Achille Rossini, abrió una investigación para determinar si hubo violación de las leyes antisismo en esa ciudad del este. La Justicia quiere determinar las razones por las que importantes edificios públicos, entre ellos el hospital San Salvatore, la sede de la Prefectura, la Casa del Estudiante y el cuartel del cuerpo de Carabineros, sufrieron graves daños materiales o se derrumbaron completamente. El presidente de la república, Giorgio Napolitano, recordó que “existen responsables” de la tragedia: “Mucha gente participó en la construcción de los edificios que se cayeron. Es necesario hacer un examen de conciencia, sin discriminación ni color político, para evitar que se repitan casos como éstos”, dijo el mandatario.
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