SOCIEDAD › LOS EQUIPOS DE RESCATE CREEN QUE PUEDE HABER SOBREVIVIENTES
Miles de personas participaron en la despedida de las 290 víctimas del terremoto, mientras se volvían a sentir réplicas. Los rescatistas, en tanto, continúan excavando para confirmar si los ruidos detectados son signos de vida.
Miles de personas, entre familiares, autoridades y socorristas despidieron ayer en el inmenso campo de la academia militar de L’Aquila a las víctimas del terremoto, que dejó cerca de 300 muertos. Leves réplicas del sismo se sintieron durante las exequias, aunque de menor intensidad que las de la noche del miércoles. Según los cálculos oficiales, más de 800 fueron los movimientos terrestres registrados en las regiones de los Abruzos, Lazio y las Marcas desde el último domingo. A pesar de las dificultades, los rescatistas continúan encontrando cadáveres bajo los escombros, y los refugiados, en campamentos y casas de familias, superan las 30 mil personas. El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, insistió con sus declaraciones polémicas al asegurar que “muchas personas han ofrecido sus residencias para aquellos que quedaron sin techo. Yo también quiero hacerlo. Por ello, pongo a disposición mis viviendas”, declaró el mandatario al finalizar los funerales. A pesar de las dificultades geológicas y aunque casi no haya esperanza de vida bajo los escombros, los bomberos italianos continuaron durante la jornada buscando sobrevivientes. Los equipos de rescate continuaron excavando durante toda la noche en la calle D’Annunzio de la ciudad de L’Aquila, para verificar si un ruido detectado por un geófono es una señal de vida.
Durante la mañana del Viernes Santo, en la ciudad de L’Aquila, unas 5 mil personas dieron el desgarrador adiós a amigos y allegados. Bajo un sol insolente, los presentes abrazaron y acariciaron los féretros donde reposaban sus seres queridos antes de que los voluntarios de la protección civil los separasen delicadamente, consolándolos. La ceremonia fue presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Vaticano, en presencia del presidente Giorgio Napolitano y de Berlusconi. Ante los cerca de 200 féretros cubiertos con flores y dispuestos en cuatro filas en la plaza de armas de la academia militar, el secretario personal del Papa, monseñor Georg Gaenswein, leyó un mensaje de pésame en el cual el pontífice “invita a todos a mantener la esperanza sin caer en el desconsuelo”.
“Este es nuestro propio Via Crucis”, dijo la presidenta de los Abruzos, Stefania Pezzopane, cuya sede institucional se derrumbó con el primero de los movimientos terrestres. “Inmensa piedad dedicamos a las numerosas víctimas arrancadas demasiado pronto a sus familias por una muerte cruel y a todas las familias que perdieron su propia casa, sus objetos personales”, añadió Bertone durante la homilía.
Después del ritual religioso se rezaron oraciones musulmanas: seis de los muertos profesaban la religión islámica. “Pedimos la unidad de todos frente a un único Dios”, clamó el imán Mohammed Nur. De todas maneras, un centenar de muertos –de los 290 que arroja el último balance oficial–- fueron enterrados en ceremonias privadas. Italia decretó luto nacional y las banderas de todos los edificios e instituciones públicas se izaron a media asta.
Tras la despedida de los muertos, todavía queda la preocupación de los cerca de 30 mil “sin techo”. Instalados en campamentos, las condiciones de vida de los damnificados son difíciles debido a la falta de agua caliente, recortes de electricidad y escasez de baños. Por eso, la mayoría espera la reconstrucción prometida, que durará “varios años”, según advirtió Berlusconi. Mientras tanto, el jefe de gobierno italiano anunció que espera fondos de la Unión Europea (UE) por 400 a 500 millones de euros para las obras de reconstrucción de unos 10 mil edificios derrumbados durante el sismo. Aunque todavía se desconoce en qué momento, también el propietario de la célebre Villa Certosa aseguró que pondría sus mansiones a disposición de los evacuados para estar a la altura de las “terribles circunstancias”.
Más de 800 réplicas, entre ellas nueve de magnitud 4 a 5 en la escala de Richter, fueron registradas desde el lunes pasado en el centro de Italia. Los sismos “no dan tregua y son preocupantes”, admitió el magnate devenido en jefe de gobierno. “Sólo ayer (por el jueves) se registraron 186 sacudidas”, dijo. Durante los funerales, de hecho, la tierra volvió a sacudirse en por lo menos tres oportunidades.
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