SOCIEDAD › DENUNCIAS DE PROFESIONALES DEL SANATORIO DE LA OBSBA
El paso de la intervención de la Obsba –obra social de los municipales porteños– dejó malestar y varias denuncias en el Sanatorio Julio Méndez, el principal centro asistencial de esa prestadora de salud. “La farmacia del hospital se convirtió en un minishoping de medicamentos sin control farmacéutico; se hicieron compras directas de insumos y medicamentos; el sexto piso del edificio quedó repleto de escombros y basura. También, hubo persecución laboral que funcionó a partir de despidos encubiertos”, enumera Jorge García Roel, secretario general de la Asociación Sindical de Profesionales (Asipro) de ese centro asistencial. La intervención tenía como meta la desregulación de la Obsba, que se hizo efectiva semanas atrás, después de poco más de un año de gestión. “Venían para hacer un hospital de alta complejidad, pero mostraron una inutilidad sistemática en la prestación de salud y en la relación con los pacientes”, asegura García Roel a Página/12. Una fuente del Ejecutivo porteño respondió a las denuncias afirmando que la intervención al Méndez se hizo “para invertir la plata de los afiliados en la construcción un Sanatorio de alta complejidad y lo hicimos amparados en la ley”.
“La idea del interventor (Jorge) Rey y de su equipo se centró en la política de personal y no en la salud y la atención de los afiliados –sostuvo Mario Montoya, secretario de Actas del gremio–. Durante 2008 fue constante la transferencia de pacientes a clínicas privadas, cuando el Sanatorio tenía capacidad de recepción.” “El sanatorio quedó vacío”, lamentó.
García Roel cuestionó además “la compra directa de insumos sin licitación previa”. “Lo ilegal está en el mecanismo, no en la empresa que oferta el bien”, cuestionó. El titular del gremio puso como ejemplo que el 12 de noviembre de 2008, el entonces gerente de Compras y Contrataciones de la Obsba, Julio Sanduay, firmó la “Orden de Compra Definitiva” de un equipo de farmacia inteligente, inventario y almacenado de medicamentos biomédicos. “Pese a que la suma a pagar superó los 100 mil pesos, se hizo por contratación directa”, afirmó.
Los médicos de Asipro denuncian que uno de los objetivos de la intervención fue “destruir la red de atención primaria: Sin concurso público previo, modificaron la red periférica de médicos”. “No se hizo un relevamiento sino que se contrataron médicos nuevos y se descartaron otros sin motivo”, enfatizó García Roel. La “novedosa transformación” de la cartilla de médicos que atienden fuera del sanatorio, tuvo consecuencias inmediatas: “La mayoría de los afiliados perdieron su médico de cabecera”, dijo Montoya.
Consultada por Página/12, una fuente del gobierno porteño argumentó que “para contratar nuevos médicos no hace falta un concurso público, porque sólo se quedaron los profesionales que quisieron participar de la obra social”. En cuanto a la obra en el piso sexto, informó que “se llamó a licitación y se abrieron los sobres cuando faltaban 10 días para el fin de la intervención con las propuestas de las distintas empresas de construcción de sanatorios de alta complejidad”.
Informe: Mariana Seghezzo.
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