Jue 16.07.2009

SOCIEDAD  › LOS MINISTROS DE SALUD DE LA REGIóN COINCIDEN EN ABANDONAR EL SISTEMA DE CONTEO DE CONTAGIOS

Reunión de consenso contra la gripe A

Reunidos con Manzur en Buenos Aires, los ministros de Salud coincidieron en las estrategias para enfrentar la pandemia de la gripe A. Igual que la OPS, sostienen que el conteo de contagios, en esta fase, ya no tiene sentido. Los antivirales.

Los ministros de Salud de Sudamérica procurarán, en adelante, “compartir información” acerca del avance de la gripe A, y ya han progresado en el “diagnóstico de la situación”. Coincidieron con la Organización Panamericana de la Salud en que se modificará el sistema de monitoreo, porque “el conteo caso por caso no refleja la situación real”. También se comprometieron a facilitar “la producción de antivirales para la región”. La información fue brindada por el ministro de Salud argentino, Juan Manzur, al término de la reunión que, entre el mediodía y la tarde de ayer, mantuvo en el Palacio San Martín con colegas y funcionarios del área de Brasil, Paraguay, Chile, Uruguay y Bolivia. La preocupación por la provisión de posibles nuevos medicamentos no es menor: Manzur explicó que no sólo se avanzará en “la producción de antivirales para la región”, sino que además se solicitará a organismos internacionales que garanticen el acceso de todos los países a la vacuna, habida cuenta de que “mucha de la producción de la vacuna (que aún está en ciernes) ya está comprometida”.

La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, participó virtualmente del encuentro, mediante un videomensaje en el que confirmó que la entidad modificará el sistema de monitoreo del impacto de la pandemia en la región, porque los números de contagios, explicó, “cada vez reflejan menos la situación real”, puesto que en realidad indican fortalezas y debilidades en el manejo de la información y la eficiencia de los servicios de diagnóstico de salud. En adelante, la OPS recurrirá a “indicadores cualitativos que hablan de la dispersión geográfica y el impacto en los servicios de salud, entre otros”. Casualmente, mientras la reunión sucedía a puertas cerradas, la presidenta Cristina Fernández declaró que si Argentina está segunda en un eventual ranking internacional de afectados por la gripe A es porque “cuenta realmente” todos los casos y contagios. De todas maneras, aclaró que no estaba insinuando un subregistro en países vecinos; toda información al respecto, aclaró, debería ser consultada con Manzur, “que es un especialista y está rodeado de académicos y los principales infectólogos del país”. “Además –agregó–, no me gustan esos rankings” (ver aparte).

La cumbre de la salud realizada en el edificio de Cancillería puso sobre el tapete que la gripe avanza y sólo queda por delante la misión de paliar hechos consumados, más que prevenir algo que, como insiste la OPS al referir la pandemia, ahora simplemente se expande. “Urge coordinar acciones. Se requiere un amplio plan regional. La región debe compartir medicamentos e insumos para tratar a los enfermos”, señaló el ministro brasileño José Gómes Temporao al finalizar el encuentro del que, con la coordinación de Manzur, también tomaron parte los ministros de Bolivia, Jorge Ramiro Tapia Sainz, y Paraguay, Esperanza Martínez; el director general del Departamento de Vigilancia Epidemiológica de Brasil, Eduardo Hage; la jefa de la División de Prevención y Control de Enfermedades de Chile, Cecilia Morales, y la directora de Epidemiología de Uruguay, Raquel Rosa.

Los países participantes tienen en común la dificultad de dar cuenta, estadísticamente, del avance de la enfermedad, dado que la dinámica de la gripe complica el conteo y reporte de casos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en todo el mundo son cerca de 94.500 los afectados y cerca de 500 las víctimas mortales reportadas. Pero, sin embargo, un órgano científico de referencia como el British Medical Journal afirmó que las estadísticas sobre la cantidad total de casos y la tasa de mortandad que genera la epidemia no resultan confiables, por un motivo sencillo: es imposible contabilizar a todas las personas afectadas. En parte, es precisamente a eso que hizo referencia Roses al informar que la OPS modificará la manera de mesurar los alcances de la gripe A. “El número de casos confirmados que reportan los países cada vez refleja menos la situación real de transmisión en el país”, explicó en el mensaje enviado desde Washington. Las cifras que actualmente buscan dar cuenta del avance de la epidemia en realidad operan de “indicador de las fortalezas de los sistemas de vigilancia, de las capacidades de laboratorio y de la transparencia en el manejo de la información”. De allí que los “enfoques de vigilancia” estén cambiando “en los países donde ya se ha establecido la transmisión, dejando de lado la realización de pruebas de laboratorio en todos los casos sospechosos”.

En adelante, las pruebas deben servir “para confirmar infecciones en nuevas áreas, para comprobar la existencia del virus en casos graves y en los fallecidos y para monitorear la co-circulación del virus pandémico y otros virus respiratorios”, agregó Roses. En lugar de casos individuales de contagio, el nuevo monitoreo debe poner la lupa sobre indicadores cualitativos, que indiquen niveles de dispersión de la enfermedad.

El acceso efectivo a las vacunas contra la gripe A (que todavía, por otra parte, no han sido obtenidas) fue otro de los ítem fundamentales del encuentro de ministros. La fuerte posibilidad de que, una vez producida, los laboratorios privilegien a los países desarrollados y ricos como destino llevó a los funcionarios de Salud regionales a insistir sobre el papel de garante que los organismos pueden desempeñar en el futuro próximo, algo que ya había sido insinuado ayer por Margaret Chan, presidenta de la OMS. Será prioridad de los organismos, señaló en ese sentido el vocero de la OMS, Daniel Epstein, que haya “equidad en el acceso a vacunas contra la influenza A”, una enfermedad que, aun cuando hasta ahora “ha sido relativamente leve”, podría volverse más virulenta. Al tratarse de un virus nuevo, añadió en consonancia con la idea que sostiene el equipo de Manzur, “hay una posibilidad remota de que vaya a cambiar y aumentar la tasa de mortalidad. Es un escenario futuro posible”.

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