Un avión de la empresa Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME), con 94 personas a bordo, se estrelló ayer cerca de la ciudad ecuatoriana de Tulcán, en el límite con Colombia. Aunque las causas aún no han sido determinadas y se cree en un accidente, las autoridades no descartan la hipótesis de un posible secuestro, ya que una versión brindada por varios testigos señala que el avión desvió su camino luego de anunciar su aterrizaje. El accidente es el segundo que se registra en menos de dos semanas en la zona. El anterior, protagonizado por un avión de la compañía Petroecuador, también se produjo luego de un extraño cambio de rumbo de la nave.
La noticia fue confirmada por la jefa de relaciones públicas de TAME, Toa Quirola, quien aseguró que “el avión ya fue encontrado por la Dirección General de Aviación Civil de Colombia”, aunque no especificó dónde y sus declaraciones no fueron ratificadas por Aviación Civil. Además, en un comunicado, la empresa aérea informó que en el avión viajaban 94 personas: nueve tripulantes –entre pilotos, técnicos, azafatas, supervisores y un mecánico–, 83 pasajeros adultos y dos niños, de los cuales 43 eran colombianos que volvían de sus vacaciones en Ecuador e iban a seguir viaje hasta Cali.
El Boeing 727-100 despegó a las 10.03 hora local –12.03 de Argentina– del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito con destino a Tulcán, capital de la provincia ecuatoriana del Carchi. Según una versión, tuvo su último contacto por radio a las 10.23, cuando los pilotos pidieron pista a la torre de control del aeropuerto Luis Mantilla de Tulcán, ya que estaba por iniciar las maniobras de descenso. A partir de allí el contacto se perdió y la nave habría desviado su rumbo poco antes de aterrizar. Según testigos citados por una cadena de televisión ecuatoriana, cuando el avión estaba a pocas decenas de metros de la pista, volvió a elevarse y giró, aparentemente para intentar otra aproximación. Al hacerlo, entró a territorio colombiano, donde terminó cayendo.
La zona en donde aparentemente impactó el Boeing, a 35 kilómetros de la ciudad colombiana de Ipiales, es una región montañosa de difícil acceso, por lo que las operaciones de búsqueda y rescate eran complicadas. Por ello, la Aviación Civil colombiana puso a disposición el aeropuerto de Ipiales como centro para las operaciones de rescate, de las que participaban uno de sus helicópteros y dos aviones ecuatorianos. Además, a diferencia de lo declarado por la representante de TAME, Toa Quirola, Aviación Civil se abstuvo de confirmar el hallazgo de la nave. La Cruz Roja de Colombia y Defensa Civil también actuaban en la zona.
La tragedia se registró cuando aún continuaba el intento por rescatar los cuerpos de 26 personas que viajaban en un avión Fairchild, de Petroecuador, que fue encontrado estrellado el 17 de este mes en una zona selvática de Colombia, también cerca de la frontera con Ecuador. Aunque se desconocen las razones por las que esa aeronave se estrelló, ya que la caja negra continúa sin ser hallada, el cambio de rumbo que efectuó había creado sospechas respecto del caso. Las mismas sospechas que ahora llevan a que las autoridades no descarten la idea de un posible secuestro por parte de las organizaciones guerrilleras colombianas. Sin embargo, el general César Naranjo, jefe de la Dirección de Aviación Civil de Ecuador sostuvo que “mientras no se revise el aparato, no se puede decir nada oficialmente sobre qué ha pasado con él”. Al respecto, a última hora de ayer, las autoridades ecuatorianas se encontraban tramitando los permisos para que patrullas terrestres nacionales ingresen en territorio colombiano e inicien las labores de rescate.