Dos comisarías de la Policía Federal con jurisdicción en el barrio de Flores quedaron bajo sospecha, luego de que un juez denunció que podrían haber encubierto el funcionamiento de un prostíbulo donde, incluso, se cree, habrían obligado a trabajar a una menor. La sospecha recae sobre las seccionales 38 y 50, que podrían ser investigadas por los delitos de “encubrimiento” y “estafa procesal”.

Todo comenzó en enero, cuando un llamado alertó al 911 que había una menor sometida a una situación de “trata de personas” en una casa de Fray Cayetano Rodríguez al 100. El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dispuso que la Policía Federal investigara ese edificio. Pero los reportes policiales indicaban que en el lugar había “una casa de familia” donde se alojaban “un ama de casa, su marido y sus dos hijos”.

Sin embargo, el juez consultó a la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales que depende de la Procuración General y descubrió que se habían reportado gran cantidad de denuncias sobre ese domicilio. El magistrado pasó el caso a la Gendarmería. De todos modos, todo estaba en Internet: con solo abrir la página correspondiente, se podía encontrar la dirección aludida con ofertas de sexo, fotos de mujeres en poses provocativas y el teléfono del lugar.

Se hizo un allanamiento y efectivamente se comprobó que era un prostíbulo. Lo que no se encontró en ese momento fueron situaciones de menores sometidas a prostitución. El juez radicó una denuncia contra las dos comisarías.