La explosión de una tienda de fuegos artificiales dejó ayer un saldo de dos muertos y doce heridos en Santo André, una ciudad cercana a San Pablo, Brasil. Además, dos personas continuaban desaparecidas luego de que la explosión dejará un gran cráter de tierra rojiza, cuatro casas derrumbadas y varios automóviles quemados como secuelas de la explosión que ocurrió después del mediodía en una zona residencial, según indicaron las autoridades locales. El alcalde Aldan Ravin explicó ante la cadena televisiva Globo que la tienda contaba con autorización para vender fuegos artificiales, “pero aparentemente poseían materiales para su fabricación”, para lo cual no tenían permiso. La policía delimitó un área de exclusión de cuatro manzanas, a las que ni siquiera los moradores pueden acceder debido al alto riesgo de deslizamiento de tierra en la zona.