Dom 04.10.2009

SOCIEDAD  › TRATAMIENTOS DE INMERSION

En la línea de flotación

Imagine que se sumerge en un jacuzzi del tamaño de plaza y media, a través de una puerta que puede mantenerse cerrada o abierta. Imagine que está rodeado de 600 litros de un agua tibia con tanta sal como el Mar Muerto y es tan espesa que no lo deja alcanzar la profundidad del tanque, de apenas 30 centímetros. Cierre los ojos, tápese los oídos. Olvídese del mundo. Es la experiencia que proponen los tanques de flotación, que en Buenos Aires la crisis parece haber espantado, pero todavía pueden encontrarse en lugares remotos, como una zona selvática de Salta.

En San Lorenzo, una villa veraniega ubicada a 15 kilómetros de la capital salteña, se encuentra desde 1998 Flotario Argentina, un centro especializado en este tipo de terapias. Allí llegó Matías Molina, un abogado de 30 años, hace dos años y pronto se convirtió en un cliente regular. “Los beneficios más importantes para mí son la disminución de un dolor de espaldas que acarreo hace años y el mejoramiento de la piel en la zona de los ojos, algo que se produce por estrés.” Magdalena Patrón, empresaria de turismo de 35 años, dice que empezó a flotar por dolores de cabeza y cuello provocados por estrés y también fue durante su segundo embarazo por dolores de columna, espalda y cadera por el exceso de peso.

La historia de los flotarios se remonta a 1954, cuando John Lilly, neurocientífico norteamericano, realizó un estudio para el gobierno de ese país y construyó un dispositivo experimental de “flotación de aislamiento sensorial”. Descubrió que se lograba la reducción del trabajo del cerebro, de la carga rutinaria del proceso de información sobre el mundo exterior. “Las pruebas en la función del cerebro bajo estas condiciones revelaron un inesperado efecto beneficioso en los modelos de las ondas del cerebro y la producción de ciertos químicos (endorfinas) relacionados con la reducción del dolor, estrés, ansiedad, beneficios en el aprendizaje acelerado, creatividad, visualización”, explica desde Salta Fabiola Montenegro Pacheco, técnica en terapias de flotación y aislamiento sensorial y gerente de personal de Flotario Argentina. “También fomenta el pensamiento con ambos hemisferios del cerebro. Muchos atletas, escritores y artistas han experimentado enormes beneficios con la terapia de flotación”, agrega.

Imagine que con una sola hora de flotación recupera ocho horas de sueño. Vuelva al mundo relajado, descansado y enérgico. Eso, dicen, es terapia de flotación.

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