Sáb 21.11.2009

SOCIEDAD  › SANDRO FUE SOMETIDO AL TRASPLANTE CARDIOPULMONAR QUE ESPERABA DESDE EL AñO PASADO

El Gitano, con un nuevo palpitar

Los médicos informaron anoche que la intervención había sido exitosa, pero advirtieron que las primeras 72 horas son críticas. El cantante padecía un cuadro avanzado de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, producto del intenso consumo de tabaco.

› Por Pedro Lipcovich

Los pulmones que, hace cuarenta años, jadeaban para todas las mujeres, fueron extirpados y sustituidos, anoche, en un hospital mendocino, y también el corazón que sólo latió para muy pocas: Sandro recibió un trasplante cardiopulmonar, con órganos procedentes de un joven de 22 años. “La operación fue exitosa”, anunció el cirujano, pero advirtió que las primeras 72 horas del posoperatorio son “críticas”. El cantante padecía un cuadro avanzado de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), como consecuencia de haber fumado tabaco durante muchos años. Desde el año pasado estaba en lista de espera del Incucai para el triple trasplante. La intervención se realizó en Mendoza, lo cual requirió el traslado de Sandro y de los órganos a implantar. Un especialista explicó que cuadros tan severos de EPOC suelen producirse cuando la persona, aun después de advertir los primeros síntomas respiratorios, continúa fumando.

Decenas de enamoradas de Sandro rezaban anoche, frente al Hospital Italiano de Mendoza, por el cuerpo estragado de su ídolo. Eran cerca de las diez de la noche cuando el cirujano Claudio Burgos –que dirigió un equipo de 70 profesionales– anunció que la operación había sido “exitosa”; sin embargo “habrá que esperar 48 a 72 horas, críticas”. El operativo había empezado a las tres de la mañana de ayer, a partir del fallecimiento, en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires (sin relación institucional con el mendocino), de un joven de 22 años cuyos órganos resultaron compatibles con los de Roberto Sánchez, “Sandro”, de 64 años.

A las 11 de la mañana, el Gitano, que desde el 16 de marzo estaba internado en el Instituto del Diagnóstico, de la ciudad de Buenos Aires, partió en avión sanitario hacia la provincia de Mendoza; allí opera Burgos, uno de los más destacados cirujanos en la especialidad. Ya en esa provincia, en el trayecto desde el aeropuerto, autos de Gendarmería abrieron paso a las ambulancias que trasladaban a Sandro –asistido con oxígeno– y a los órganos que habría de recibir; al costado del camino, hombres y mujeres daban aplausos de aliento.

Acompañaban a Roberto Sánchez su esposa, Olga Garaventa, su médico neumonólogo, Juan Ma-zzei, y el cardiólogo Sergio Perrone. Fue internado en el área de recuperación cardiovascular del Hospital Italiano, y poco después lo trasladaron al quirófano. Las autoridades del hospital habían solicitado cuarenta dadores grupo B, factor RH negativo: una maestra mendocina logró ser la primera para que su sangre se mezclara con la de Sandro.

Burgos había advertido que la operación es “de alto riesgo, porque la salud de Sandro se deterioró en estos meses. Consume muchas calorías sólo para respirar –su capacidad pulmonar se redujo al siete por ciento– y no tiene fuerzas para comer. Su masa muscular está muy disminuida, su estado general comprometido y su única salida es esta operación”. Miguel Nicolás, director del hospital, anticipó que la internación “podría ser de dos meses”.

El especialista en cirugía cardiovascular Federico Benetti comentó que “estadísticamente, la sobrevida a un trasplante cardiopulmonar es del 80 por ciento luego de un año y del 70 por ciento a los cinco años”. Explicó que “al receptor se le extirpan los pulmones íntegros; del corazón, se deja un remanente donde se cose el del donante”. También se cosen la aorta y la arteria pulmonar, y “se sutura la tráquea del donante con la del receptor”.

Ricardo Gené –jefe de Neumonología del Hospital de Clínicas de la UBA– observó que “como tratamiento de la EPOC, el trasplante cardiopulmonar es infrecuente. Habitualmente se trasplanta un solo pulmón: esto minimiza la cantidad de suturas, que aumentan el riesgo de complicaciones, y permite que los órganos de un solo donante puedan servir a tres pacientes. El trasplante cardiopulmonar se hace ante un deterioro muy severo; si da resultado, puede dar lugar a una mejoría muy marcada”.

El deterioro en el corazón “puede producirse porque la EPOC hace que los vasos sanguíneos del pulmón se contraigan por falta de oxígeno o lleva a que directamente se destruyan: entonces, el corazón debe luchar contra una resistencia, como si tuviera que mandar agua por una manguera que alguien pisa, y llega a producirse insuficiencia cardíaca”, explicó el neumonólogo.

Gené subrayó que “si la gente no fumara, la EPOC sería muy rara, pero un cuadro tan severo se produce cuando la persona no sólo fumó mucho, sino que tardó en dejar de fumar. Aunque la EPOC es progresiva, suele avanzar lentamente. Durante muchos años, la persona tiene tos y catarro pero no consulta, ya que sabe que eso le pasa porque fuma. Consulta cuando se fatiga al caminar rápido o al subir escaleras. A esa altura, su capacidad pulmonar ha bajado un 50 por ciento. Si deja de fumar en ese momento, es posible que la progresión de la EPOC siga siendo lenta pero, si sigue fumando, llega a estados límite de insuficiencia respiratoria”.

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