“El Incucai no avala ni promueve pedidos de órganos para personas determinadas”, aclaró este organismo nacional, luego de que, en los últimos días, familiares de Sandro habían solicitado públicamente donantes de órganos. En la Argentina, los órganos para trasplante se distribuyen según una normativa que establece prioridades según el tiempo de espera y la gravedad de cada caso.

No existe límite de edad para integrar las listas de espera. De hecho, en 2008, sobre un total de 1274 trasplantes, 550 se efectuaron a mayores de 60 años, y unos cuantos de éstos fueron a mayores de 80.

Los órganos provienen sólo de pacientes que han fallecido en unidades de terapia intensiva, donde, luego de la muerte encefálica, las demás funciones del cuerpo se pueden sostener artificialmente. El tiempo para realizar el trasplante no debe superar las cuatro a 36 horas, variando según el órgano de que se trate.

Sólo el uno por ciento de las personas fallecidas resultan viables como donantes de órganos. Cuando, en una sala de terapia intensiva, se detecta un posible donante, los médicos deben ponerse en contacto con el Incucai o con el organismo respectivo en la provincia para coordinar el proceso.

En lo que va de este año se efectuaron 1001 trasplantes de órganos –procedentes de 426 donantes– y 757 trasplantes de tejidos –de 265 donantes–, es decir que 1758 pacientes en lista de espera tuvieron acceso a la operación. Del total de trasplantes, 649 fueron de riñón; 197, de hígado; 73, de corazón; 51, de riñón y páncreas; 17, de pulmón; tres, de riñón y corazón; cuatro, de hígado y corazón; tres, de páncreas; dos, de corazón y pulmón –como el que recibió ayer Sandro–; uno de intestino, uno de hígado e intestino. Además se concretaron por lo menos 755 trasplantes de córneas.