Lun 11.01.2010

SOCIEDAD  › EN TUCUMáN CAMBIARON DE DIRECTOR, DE ACTRICES Y DE ESCENARIO PARA CUMPLIR CON LA UNIóN EUROPEA

Una obra de teatro fue puro teatro

La obra Bernarda Alba, que debía ser actuada por mujeres presas como parte de un programa de actividades en cárceles, primero fue cancelada. Ahora, para cumplir con la UE que proveyó los fondos, la presentaron con un equipo teatral diferente.

› Por Ramiro Rearte

Desde Tucumán

Luego de levantar la obra de Federico García Lorca La Casa de Bernarda Alba, que pretendía ser expuesta dentro del penal de mujeres en Tucumán, el pasado 19 de junio (tal como publicó Página/12 en su edición del 6 de agosto pasado), el Ente de Cultura de Tucumán y el Ministerio de Educación local cambiaron de idea. No sólo la subieron a escena con un director diferente, sino que cambiaron las actrices (que eran internas privadas de la libertad) y también cambió el escenario, ya que no se realizó dentro del penal U5, o Instituto de Rehabilitación Santa Ester, de la Banda del Río Salí, municipio lindante con la capital tucumana, sino que se hizo en una sala teatral un día de semana y sólo con la presencia de funcionarios provinciales, policiales, penales y algunos periodistas de la prensa oficial, como una manera de cumplir con la Oficina de Cooperación de la Unión Europea, impulsora del proyecto.

En la apertura del evento, realizada en el teatro Orestes Caviglia, Mauricio Guzman, titular del Ente de Cultura, dijo que “en realidad lo que veremos es la punta del iceberg. Ya que es lo que las internas han podido trabajar con la conducción de profesionales muy serios, en lo suyo. Estamos sosteniendo y apoyando al director de Institutos Penales con esta iniciativa”, sostuvo.

Como una manera de justificarse ante el público, Guzman aseveró que “tal vez no sea el gran espectáculo pero es un largo trabajo que venimos a mostrar, es humilde pero no carente de toda dignidad, por el contenido del texto de Lorca”. El director de las cárceles tucumanas, Roberto Guyot, dijo que por la obra de teatro que se pudo ver la semana pasada, “resulta sin duda alguna un reaseguro de que esa persona, cuando salga, no volverá a delinquir”.

En ningún momento del encuentro los funcionarios presentes mencionaron al equipo que trabajó desde el inicio de los ensayos dentro de la cárcel.

Mientras se producía la presentación de La casa de Bernarda Alba, Fernando Korstanje, director original de la obra, junto con otros colaboradores, entregaban folletos en la puerta del teatro para que la gente que ingresaba se enterara de lo que había ocurrido en realidad con el proyecto que habían comenzado a trabajar desde hace más de un año y medio.

Desde la Asociación Argentina de Actores (AAA) repudiaron públicamente en la provincia la medida, durante la entrega de los premios Artea 2009 realizados en Tucumán, la misma semana del estreno.

Cabe destacar que la propuesta fue realizada desde el propio Ministerio de Educación tucumano, a cargo de Silvia Rojkés de Temkim, que en acuerdo con la Oficina de Cooperación de la Unión Europea con América latina EuroSociAl, se organizó la formación y coordinación de talleres de actividades culturales como parte de una red de educación no formal dentro de las cárceles. Las exigencias de la UE llevaron a que la convocatoria se realizara por concurso público. Así, en lo que se refería al Taller de Teatro, el coordinador del proyecto frustrado, Fernando Korstanje, ganó el concurso del proyecto que nunca logró terminar.

Según dijo Korstanje a Página/12, lo ocurrido el lunes 21 de diciembre, “pasa todos los límites conocidos en el ámbito teatral tucumano. Lo inescrupuloso que es usar a gente que está privada de su libertad para llevar adelante un capricho. Hay un trabajo de construcción con el grupo en la cárcel que es muy difícil concretar. La semana pasada, se consumó la peor de las vergüenzas del teatro tucumano con la puesta en escena de la obra que nosotros llevamos adelante. Se bastardea el teatro, se bastardea Lorca. Se hizo una pantomima. Ellos lo denominaron un ensayo abierto, pero en realidad es principio y fin”, dijo con tono de enojo por la oportunidad desperdiciada por la burocracia estatal.

Ninguna de las actrices originales (que fueron catorce) estuvo en la presentación. “Llevaron a tres mujeres al teatro, montaron una escenografía y un aparato de prensa oficial para dar a conocer lo que pasó.” Para los que participaron del proyecto de teatro, la sensación que les queda es agridulce, tanto para Korstanje como Mariano Quiroga, director artístico de la obra de Lorca. “Lo lamentable es que se silencia la tarea de las internas, que fueron ellas quienes eligieron la obra. De mi propio bolsillo pagué las telas para los vestidos de la puesta en escena. La verdad es que no entiendo por qué hicieron esto”, sostuvo el director a este diario.

Como resumen de lo ocurrido, una vez que terminó la obra una camioneta de Institutos Penales de Tucumán esperaba a las tres internas para ser trasladadas al Penitenciario de Mujeres y no se les permitió hablar con los periodistas. La tarea de mantener silencio y no poner en duda a la autoridad la cumplieron a rajatabla, como en la obra lorquiana.

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