SOCIEDAD › MURIó A LOS 100 AñOS LA MUJER QUE RECUPERó EL DIARIO DE ANA FRANK
Miep Gies, la mujer que rescató el Diario de Ana Frank después de que la familia fue capturada por los nazis, murió a los 100 años. La mujer era una de las personas que habían ayudado a la familia Frank y a otros judíos a refugiarse en la casa de Prinsengracht, en Amsterdam, de la persecución del nazismo, poniendo en peligro su propia vida. Era la última que continuaba con vida.
Gies había nacido en Viena el 15 de febrero de 1909. Cuando tenía 35 años –el 4 de agosto de 1944–, logró salvar el diario que Ana Frank había escrito entre 1942 y 1944 mientras estaba oculta. Fue poco después de la detención de la familia Frank, tras ingresar al lugar que les había servido de refugio y llevarse los apuntes de la joven.
En las oficinas donde trabajaba Gies estaban ocultos los Frank y varios refugiados judíos, hasta ese 4 de agosto, cuando entraron oficiales de la SS. “Un hombre empuñando una pistola y apuntándome me dijo: ‘Quédese sentada y no se mueva’. El hombre cerró la puerta. No pude ver ni oír lo que pasó detrás de esa puerta. Más tarde escuché a los escondidos bajar muy lentamente las escaleras”, cuenta la mujer en el testimonio que dejó en su sitio de Internet (www.miepgies.nl/en/).
Unas horas después, relató, “subimos a los dormitorios de los Frank, donde vimos los papeles del diario de Ana tirados en el suelo. ‘¡A recoger y a llevárnoslo todo!’, dije. Teníamos miedo, pero recogimos todo lo mejor que pudimos y nos lo llevamos. No leí los papeles de los diarios de Ana”, cuenta Gies tras reflexionar: “Es una suerte que haya ocurrido así, pues de haberlo leído tendría que haberlo quemado. Contenía información muy peligrosa”.
Ana Frank murió de tifus en marzo de 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen, poco antes de cumplir los 16 años y pocas semanas antes de que la Segunda Guerra Mundial llegara a su fin.
Los Frank habían sido delatados y llevados a un campo de concentración, donde Ana y su familia murieron, a excepción de su padre Otto, quien regresó a Amsterdam tras la caída de Hitler y a quien Gies le entregó el diario de la niña, que fue publicado en 1947. El Diario de Ana Frank se convirtió en uno de los testimonios más impactantes del genocidio nazi.
Gies testimonió sobre cómo se ocultaron, en medio de la guerra, al recordar en sus escritos que “debió de ser en la primavera de 1942. Otto Frank, mi jefe, me pidió que pasara por su despacho. Cuando entré, me dijo: ‘Siéntate. Tengo algo muy importante que decirte. Una especie de secreto en realidad. Hemos pensado en ocultarnos, aquí, en este edificio. ¿Estarías dispuesta a ayudarnos, a proveernos de víveres?’. Yo le contesté que sí, naturalmente”. Así vivieron durante dos años, aproximadamente, hasta que los servicios secretos los encontraron y los llevaron a los campos de concentración.
Gies cuenta en su página web que no sabe quién los delató. Vivió durante años recluida en su casa, en la provincia holandesa de Frisia.
La austríaca había sido empleada de Otto Frank, que con el avance del poder de Hitler en Alemania se había mudado a Holanda en 1933. Junto con otros cinco empleados fueron quienes mantuvieron vivos a los Frank y a otras personas que luego se sumaron al refugio.
Al cumplir los 100 años, Gies escribió en su página web: “Ahora tengo cien años. Es una edad admirable e incluso he llegado con relativamente buena salud. Entonces es justo decir que he tenido suerte, y tener suerte parece ser un hilo conductor que recorre mi vida”. Gies murió el lunes en la clínica donde permanecía después de sufrir una caída durante la última Navidad.
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