SOCIEDAD
› LA MATARON A BALAZOS, PERO SU CERTIFICADO DECIA QUE FUE UN PARO
Las dos muertes de María Marta
María Marta García Belsunce murió en octubre, en un elegante country de Pilar, supuestamente por un accidente en la bañera. La vieron tres médicos y fue enterrada en la Recoleta. Ahora el fiscal ordenó exhumar el cadáver, que tenía cinco balazos en la cabeza.
› Por Horacio Cecchi
Quizás, en la literatura abunde como elemento narrativo, pero en la realidad sufrir la muerte en dos formas diferentes es por definición imposible. Los dos oscuros finales de María Marta García Belsunce parecen desmentir tal certeza. La mujer, vicepresidenta de Missing Children, integrante de la asociación Amigos de Pilar y hermana del periodista Horacio García Belsunce (h.), murió dos veces, o mejor dicho, sufrió una muerte pero en dos versiones diferentes. Según la primera versión familiar, el 27 de octubre pasado murió al resbalarse en la bañera en su casa, en un lujoso country de Pilar. Un médico convocado por la familia aseguró haber comprobado que “no fue muerte accidental” y se retiró sin firmar el certificado de defunción. Un segundo profesional acreditó el accidente pero tampoco firmó. Un tercero, de la funeraria, finalmente confirmó su muerte por “paro cardiorrespiratorio no traumático”. De ese modo fue extendido el certificado de defunción y de ese modo fue sepultada en la Recoleta. Pero, un mes después, María Marta García Belsunce murió en su segunda versión, la del fiscal de Pilar Diego Molina Pico, quien ordenó exhumar el cadáver para comprobar que la mujer había recibido cinco balazos en la cabeza. Ahora, siguen la hipótesis de un crimen pasional.
La tarde del domingo 27 de octubre comenzó agobiante, con amenazas de tormenta y bordeando los 25 grados. Esa tarde, a las cuatro, los eternos rivales River y Boca, e Independiente que jugaba contra Rosario Central, jugaban sus chances por el título. En el Country Club Carmel, en Panamericana y Champagnat, en Pilar, el matrimonio María García Belsunce y Carlos Carrascosa –una de las 62 familias habitantes del Carmel– se disponía a seguir las incidencias del clásico futbolero en la casa de un amigo, en el mismo country, a no más de 300 metros de su propia vivienda, té mediante.
A las siete de la tarde, María Marta tenía su sesión de kinesiología a domicilio, por lo que cincuenta minutos antes abandonó la reunión y cruzó en su bicicleta las tres cuadras. Entró en su casa y posiblemente decidió darse un baño antes de que la kinesióloga golpeara la puerta. A las 19.00, después de insistir con el timbre, la profesional llamó extrañada a un guardia del Carmel. Cinco minutos después, apareció Carrascosa, envió de vuelta al guardia y entró en su casa para encontrar a su esposa caída en la bañera, bañada en sangre. A partir de ese momento, la muerte de María Marta García Belsunce se bifurca entre las sombras.
Dos médicos llegaron convocados por la familia o el mismo servicio de seguridad del country. El primero en llegar pertenecía a la empresa Paramedic. El segundo, a Emernor. Entre los dos hubo diferencias de criterio. Mientras el médico de Emernor consideró que se trataba de un accidente y habilitó a que se limpiaran las manchas de sangre, el de Paramedic estaba convencido de que había ocurrido algo más que eso. Según confió a Página/12 uno de los hermanos de la víctima, el periodista Horacio García Belsunce (h.), este médico declaró ahora ante la Justicia que “descubrió tres orificios detrás de la oreja, tan grandes que podía introducir su dedo índice, y aseguró que comunicó sus sospechas a la familia y al otro profesional”. Pero el círculo familiar asegura no haber escuchado comentario alguno de parte del médico, y lo mismo sostuvo el otro profesional. Además, nadie hizo una denuncia. A la familia no parece haberle sorprendido que ninguno de los dos médicos aceptara firmar certificado alguno. Según H.G.B. “dijeron que de eso se encargaba la funeraria”.
El recorrido del cuerpo de la víctima siguió siendo por demás curioso. “La versión de la familia –recordaron en el Diario de Pilar que siguió el caso– ese día fue que había un viento muy fuerte, que abrió una ventana y golpeó a la mujer en la cabeza, que resbaló y se golpeó en la bañera.” Con esa versión, fue enviada a la Capital, para ser sepultada en la Recoleta. La cochería Sierra fue la encargada del trámite y un médico convocado por esa empresa, según H.G.B., fue quien extendió en definitiva el certificadode defunción. Las curiosidades siguen porque el documento simplemente señala como causal de muerte un “paro cardiorrespiratorio no traumático”. “Todavía no puedo creer cómo me comí esa galletita de la muerte accidental –reveló H.G.B.–. Estábamos estupidizados.”
Con la versión de la ventana y el paro no traumático, María Marta García Belsunce, de 50 años, fue sepultada en La Recoleta. “Mi hermano menor, Juan –aseguró H.G.B.– fue el que dudó desde el primer momento.” Al día siguiente se conectaron con Juan Martín Romero Victorica. “Horacio, con esto no se jode”, cuentan que les dijo el fiscal, quien a su vez los conectó con el jefe de la DDI de San Isidro, Aníbal De Gastaldi. Así llegaron hasta el fiscal de Pilar, Diego Molina Pico. Cuando el fiscal comenzó a tomar declaración a los médicos, descubrió que uno de ellos sospechaba de una muerte no accidental. Y solicitó la exhumación del cuerpo. El juez Juan Makintach, que recibió el pedido, se excusó “por una larga amistad con García Belsunce”. Tomó el caso Diego Barroetaveña. Y el lunes 2 de diciembre se realizó la autopsia, los forenses determinaron que la mujer, más que golpearse con un grifo chocó contra cinco balas calibre 32 largo, más una sexta que pasó rozando y que aún no fue hallada, ni siquiera el lugar en que impactó.
“Resulta imposible que a un médico se le pasen por alto cinco impactos de bala en la cabeza –aseguró el reconocido perito médico Hugo Nandín–. Hay mucha pérdida de sangre y de masa encefálica. Si no firmaron el certificado es porque algo raro vieron.”
H.G.B. asegura que no se descarta ninguna hipótesis. Pero el crimen pasional es la hipótesis que pesa más entre los investigadores para explicar la doble muerte de M.M.G.B. Más allá de ventanas y grifos asesinos.
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