Vie 20.12.2002

SOCIEDAD  › PROCEDIMIENTO SIMULTANEO EN TODAS SUS PELUQUERIAS

No me allanen, soy Giordano

Las 14 peluquerías en el país del mediático coiffeur fueron allanadas por orden judicial por inspectores de la AFIP. La Justicia busca probar pagos en negro y no entrega de facturas.

› Por Mariana Carbajal

El imperio de Roberto Giordano está bajo sospecha. Ayer, más de un centenar de inspectores de la AFIP irrumpió simultáneamente en todas las peluquerías que el mediático estilista tiene en la Capital Federal, el Conurbano y las principales ciudades del interior para analizar minuciosamente sus registros contables. Los allanamientos fueron ordenados por el juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky, que lo investiga por evasión impositiva. Según pudo saber Página/12, la fiscalía a cargo de María del Carmen Rogliano detectó 51 casos en los que se acreditó –en diversos juicios laborales– el pago en negro a empleados, y calcula que Giordano facturaría en blanco sólo un 25 por ciento de sus ingresos, que no se limitarían al corte de pelo, sino que abarcarían empresas vinculadas al mundo de las modelos y a la organización de eventos. “Si se comprueba que la evasión es de más de un millón de pesos al año, se lo mandará detener y el delito no es excarcelable”, precisó una fuente cercana a la investigación.
Nervioso, el famoso coiffeur rechazó cualquier sospecha en su contra y aseguró que tiene “todo en regla” y que es un “simple trabajador”. La causa comenzó a partir de la denuncia de Alejandra Lista, una peluquera que durante 10 años trabajó junto a Giordano en el salón principal de la cadena que el estilista tiene en Güemes 3550, barrio de Palermo. Este caso fue difundido a mitad de año por el programa “Punto Doc”. Según declaró la mujer, siempre cobró una parte de su sueldo en negro. Cuando el peluquero la despidió, no tuvo en cuenta los pagos irregulares para indemnizarla y Lista lo demandó en los tribunales. La causa tiene sentencia de primera instancia, en la que se pudo comprobar los pagos en negro de Giordano a sus empleados.
Con este antecedente, la fiscal Rogliano consultó a todos los jueces laborales del país si tenían demandas similares contra el peluquero. “Encontró 51 casos en los que estaba acreditado que tenía personal en negro y que facturaba en negro”, reveló una fuente judicial. Una conocida modelo que trabajó para el estilista en varias oportunidades confió a Página/12 que Giordano nunca le pagó en blanco. Del mismo modo, varias clientas de sus peluquerías ratificaron a este diario que lo usual es que no les entregue factura. Una cajera que trabajó cuatro años en la peluquería central aseguró a “Punto Doc” que “el señor Giordano me había pedido específicamente que cuando una clienta vaya a pagarle en efectivo haga hasta lo imposible para no darle la boleta”. Esas boletas, describió la mujer identificada como Yeni, “Giordano las hacía mandar a una oficina paralela que tiene para tratar de no pagar a la DGI”. Según el cálculo de la fiscalía, el peluquero que logró hacer de su nombre una marca registrada, facturaría en blanco apenas el 25 por ciento de sus ingresos.
Ayer, unos 130 inspectores de la AFIP cayeron sorpresivamente en los 14 locales que tiene distribuidos en los principales shoppings de Buenos Aires, y en Mendoza, Córdoba, y Pilar, entre otras ciudades, y revisaron la contabilidad durante horas. “Hasta les di de comer a estos chicos que estaban trabajando porque la AFIP los mandó sin nada... Se llevaron hasta nuestra intimidad porque se quedaron hasta con las agendas. La Justicia tiene que investigar a los que se llevaron la plata del país, yo mientras tanto acá tengo las tijeras y sigo cortando el pelo”, declaró Giordano a la prensa.
El juez Aguinsky lo investiga por la presunta comisión de los delitos de “evasión de los aportes y contribuciones al sistema de seguridad social” y por “omisión de registración contable y operaciones comerciales con el objeto de disminuir su real capacidad contributiva y la consiguiente evasión parcial del pago al IVA y al Impuesto a las Ganancias”. Si la evasión supera los 100.000 pesos anuales lo alcanzarían los términos de la Ley Penal Tributaria. Si se determina que la evasión es mayor al millón de pesos al año, el magistrado ordenaría su detención. El delito, en ese caso, no es excarcelable. Para llegar a esa suma, la facturación en negro de todas sus empresas debería llegar a los 5 millones de pesos.

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