Sáb 17.04.2010

SOCIEDAD  › A PARTIR DEL MARTES CAMBIAN DE MANO LAS CALLES GüEMES Y MANSILLA

Santa Fe, de ida y vuelta

La Avenida Santa Fe contará con doble mano desde Anchorena hasta Borges a partir del 27 de abril. Tendrá preferencia el transporte público. Estudios realizados sugieren que la medida disminuiría la contaminación en las calles adyacentes.

Desde el martes, los vehículos que circulan por la zona de Palermo comenzarán a amoldarse a la segunda gran modificación dentro del Plan de Movilidad Sustentable del gobierno porteño: a partir de ese día, las calles Güemes y Mansilla cambian de mano y llevarán el tránsito hacia el centro, con el objetivo de aliviar la circulación en la Avenida Santa Fe, que una semana después (el 27 de abril) agregará dos contracarriles, con circulación preferencial para colectivos y taxis, hacia plaza Italia, a lo largo de diecisiete cuadras, desde Anchorena hasta Borges. Con estas medidas, las autoridades del Ministerio de Desarrollo Urbano esperan reducir la contaminación sonora y del aire, reducir los tiempos de recorrido del transporte público y ordenar la circulación del tránsito para evitar accidentes, al separar el transporte público de los automóviles particulares.

La primera etapa del plan para incorporar dos contracarriles a la avenida Santa Fe quedó finalizada con la modificación de los sentidos de circulación de las calles Darregueyra y Uriarte. Ese fue el primer paso para permitir que desde el 27 de abril Santa Fe reduzca de seis a cuatro los carriles en sentido al centro de la ciudad, entre Anchorena y Borges, mientras que en los otros dos la circulación será hacia plaza Italia.

La segunda etapa entrará en vigencia el próximo martes, con la habilitación de las calles Güemes (entre Godoy Cruz y Gallo) y Mansilla (entre Agüero y Larrea) para la circulación en sentido hacia el centro de la ciudad. El cambio de mano en esas dos arterias intentará compensar la reducción de flujo en Santa Fe. Según los estudios realizados por la dirección de Tránsito porteña, por el tramo donde se implementará el doble carril circulan hoy en promedio 2400 vehículos por hora que quedarán reducidos a 1900 (en horario pico) a partir de la modificación. Por eso, Güemes absorberá ese impacto de 500 vehículos, según el cálculo por simulación hecho por la dirección.

Durante esta semana, los vecinos que viven sobre Charcas tendrán un dolor de cabeza, ya que allí se desviará el tránsito que usualmente utiliza la calle Güemes. Por eso, unos 50 agentes de la policía de tránsito trabajarán guiando la circulación de vehículos. Además, los agentes también se encargarán de informar que los colectivos que esta semana se detengan sobre Güemes, la semana entrante lo harán sobre Santa Fe con paradas intercaladas.

Los carteles y señales sobre Güemes y Mansilla ya están siendo realizados y la próxima semana se comenzará con las obras sobre Santa Fe. En total, se deberán reacondicionar 45 cruces de calles y además se trabajará sobre “115 reprogramaciones de semáforos que abarcan toda la malla urbana que se verá afectada por el cambio de carriles”, apuntó el director general de Tránsito, Carmelo Sigilitto. “El conductor será el que con el tiempo indique otros pequeños ajustes”, reconoció el funcionario.

Para las autoridades porteñas, el punto central de la intervención es que a partir del 27 de abril los colectivos que circulan por las calles internas (las líneas 12, 15, 29, 34, 36, 39, 55, 57, 64, 68, 110, 111, 141, 152 y 194) pasarán a hacerlo por Santa Fe, donde se creará un carril de circulación preferencial, y “se liberarán las calles más angostas reduciendo la contaminación sonora y ambiental como también la posibilidad de accidentes”, apuntó el director general de Transporte, Guillermo Krantzer. Además, la calle Borges cambiará de dirección entre Santa Fe y Güemes.

La reducción o no de los niveles de contaminación será monitoreada por la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad. Como antecedente, desde el Ministerio de Desarrollo Urbano indicaron que en las calles aledañas a la avenida Pueyrredón –donde se agregaron dos contracarriles en febrero de 2009– los decibeles bajaron en cinco puntos, mientras que para los vecinos que viven sobre la avenida subió en un punto. “Las avenidas tienen mayor capacidad ambiental para absorber la vibración y el ruido de los transportes de gran porte como los colectivos”, resaltó Krantzer.

“Si se actualizaron los sistemas de semáforos y se realizó la simulación correctamente, los contracarriles de Santa Fe estarían justificados por la carga de colectivos que circulan por Güemes y Charcas. También será central el trabajo posterior con cartelería y policía de tránsito para evitar el promedio de un choque cada tres días que se observa en Pueyrredón desde la intervención”, advirtió el legislador por la Coalición Cívica, Sergio Abrevaya.

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