SOCIEDAD › YA SON 25 MIL LOS VUELOS CANCELADOS, PRINCIPALMENTE EN EL NORTE DE EUROPA
Cada vez más países deben cerrar su espacio aéreo. En Francia, 23 aeropuertos no operan. El volcán islandés sigue en erupción y las cenizas avanzan al sur europeo.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
Se asemeja a lo que pasó luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, pero nadie ha muerto. Las cenizas del volcán islandés Eyjafjöll se extendieron por toda Europa y bloquearon a casi un millón y medio de pasajeros en los aeropuertos del Viejo Continente al tiempo que provocaron la anulación de más de 25.000 vuelos. El fenómeno sobrepasa incluso los cielos europeos por cuanto perturba las rutas que conectan Europa con los demás países. Ayer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre la nocividad de las cenizas que caen a tierra. David Epsteir, portavoz del organismo, explicó que las partículas microscópicas de cenizas son potencialmente peligrosas a partir del momento en que tocan el suelo. Aunque el punto de vista de la OMS no es compartido por otras fuentes médicas, su portavoz aseguró que “estamos muy preocupados. En cuanto se inhalan, esas partículas pueden llegar a las regiones periféricas de los bronquios pulmonares y provocar problemas, principalmente en las personas que sufren asma o afectadas por enfermedades respiratorias”.
Las autoridades que gestionan el tráfico aéreo hablaban ayer de la “mayor” crisis aérea de la historia europea. Un portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil francesa, DGAC, admitió que “desde los atentados del 11 de septiembre no se había conocido una situación semejante en la aviación civil”. Los espacios aéreos de Bélgica, Irlanda, Reino Unido, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Hungría, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Polonia, Rumania, Suecia y Suiza han sido cerrados. A su vez, los aeropuertos de Francia, España, Bulgaria, Alemania, Grecia, Italia, Rusia, Eslovaquia y Ucrania funcionan a ritmo casi muerto y debieron cancelar centenas de vuelos, tanto de despegue como de aterrizaje. En Francia, 23 aeropuertos del país están cerrados mientras que los dos principales de la capital, Orly y Roissy Charles de Gaulle, cancelaron prácticamente todos los vuelos hasta el sábado a la tarde.
Como el volcán sigue en erupción, la estabilización de la situación es por demás incierta. Los responsables ligados a la aviación civil admiten que el caos provocado por la nube volcánica es tal que harán falta muchos días para llegar a la normalización. Un portavoz de la Autoridad de la Aviación civil de Gran Bretaña dijo que “en lo que atañe el cierre del espacio aéreo, esto es peor que lo que sucedió el 11 de septiembre”. Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 el espacio aéreo de Estados Unidos fue cerrado, con la consecuente cancelación de los vuelos nacionales e internacionales. Eurocontrol precisó que el viernes se habían cancelado unos 16.000 vuelos. Bryan Flynn, miembro del servicio de operaciones de Eurocontrol, comentó que “el sur de Europa seguía estando limpio, pero es posible que la nube se desplace hacia allí esta misma noche”. España, por ejemplo, ya sufrió el mayor porcentaje de anulaciones de vuelos de su historia con casi dos mil cancelaciones de aterrizajes y despegues. El avance de la nube hacia el sur es un hecho. Los servicios meteorológicos franceses calculan que la nube llegará hoy a Lyon.
La crisis aeronáutica también tiene un impacto económico considerable. La primera estimación realizada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, la IATA, concluyó en una suma astronómica. Según la IATA, las perturbaciones aéreas tendrían un costo de 185 millones de dólares por día.
Para los pasajeros bloqueados en los aeropuertos la situación es catastrófica. La cantidad de personas sin poder viajar es excepcional, los hoteles están abarrotados y muchos pasajeros corren el riesgo de perder el precio de sus pasajes.
El volcán Eyjafjöll continuaba arrojando cenizas a la atmósfera. La nube podría seguir extendiéndose durante los próximos dos días. Los vulcanólogos precisan no obstante que incluso si la erupción cesara, la ceniza no dejaría por ello de dispersarse en el cielo de Europa. Las cenizas del volcán islandés contienen partículas de vidrio y de roca pulverizada que dañan los motores y la estructura de los aviones.
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