“Diseñar para la Argentina es para mí muy especial, porque vuelvo a mi país de origen, tiene un valor emocional muy grande que no encuentro en otros lugares”, dijo ayer el arquitecto César Pelli. Nacido en Tucumán, su obra célebre es la construcción de las Torres Petronas de Kuala Lumpur, las más altas del mundo desde 1998 a 2003. Vive desde hace años en Connecticut, Estados Unidos, y ayer llegó para estar apenas dos días en la Argentina: fue recibido por la presidenta Cristina Fernández y hoy viaja a Mar del Plata para presentar su proyecto para reciclar la vieja estación terminal de ómnibus de esa ciudad.

“A todos nos piden que hagamos torres de 550 metros o algo así. La lucha por el edificio más alto va a seguir en los países que en este momento tienen mucho dinero, como Arabia Saudita o China”, opinó Pelli. “Y a mí seguro que me interesa participar de esa carrera –agregó–, ya que aunque no es muy importante socialmente, el atractivo de diseñar un edificio más y más alto es técnicamente y arquitectónicamente muy importante.”

Pelli es el autor de uno de los proyectos que compiten por la conversión del edificio de la terminal marplatense, en la manzana de Sarmiento, Alberti, Las Heras y Rawson, en un centro cultural, gastronómico y de compras. Ese lugar, inaugurado en 1910, funcionó hasta el año pasado como destino y origen de los micros de larga distancia que comunican por vía terrestre a la ciudad balnearia. Este año quedó desactivado, con la inauguración de una nueva terminal, próxima a la estación ferroviaria.

“El de Mar del Plata va a ser un edificio lleno de gente que entra y sale durante todo el día; va a tener varios aspectos de uso público, más allá de un paseo de compras. Vamos a contrastar lo viejo con lo nuevo: va a tener vidrios translúcidos, color ámbar, a través de los cuales veremos la parte de atrás de algunos negocios”, comentó el arquitecto. El proyecto del denominado Centro Mar va a conservar el estilo que le impuso al edificio su creador, el arquitecto Jules Dormal –el mismo que concluyó las obras del Teatro Colón–, pero impone algunas diferencias con la inclusión de paredes sinuosas con vidrio esmerilado.

En el espacio interior principal, iluminado con una claraboya, se podrán hacer exhibiciones artísticas, Habrá dos niveles de comercios y el piso superior albergará salas de cine. Las curvas del espacio interior desembocarán en una gran plaza pública, con una pérgola ovalada. En este espacio está previsto el funcionamiento de cafés y restaurantes. Así, el edificio podrá servir de marco para espectáculos y conciertos al aire libre.

El diseño pertenece a la firma Pelli Clarke Pelli Architects, la misma que planificó, además de las Torres Petronas, el World Financial Center de Nueva York y el International Finance Center en Hong Kong. En Mar del Plata, el proyecto compite con el propuesto por el empresario local, Florencio Aldrey Iglesias. Ambos contemplan una inversión de 24 millones de pesos, para la construcción de 23.355 metros cuadrados.

“Vengo a la Argentina una vez al año y noto que, cuando el país está en buen estado económico, hay mucha gente en las calles, en los negocios. Cada año uno nota esa diferencia y hace ya unos cuantos años que a Buenos Aires se la ve muy bien”, opinó Pelli. Puso como ejemplo el desarrollo de Puerto Madero: “Lo que está pasando ahí es fantástico, impresionante. Ha tenido más desarrollo del que nadie esperaba”.

Pelli habló también sobre su actividad: “El oficio del arquitecto es importantísimo. Es importante en cualquier profesión, pero en la arquitectura más aún, porque tiene que ver con asuntos técnicos, sociales, constructivos, artísticos. Lo lindo en la arquitectura es el desafío, que a uno le vengan con un problema y encontrarle la solución”.

Respecto de las tendencias actuales, destacó los trabajos dirigidos a la sostenibilidad. “Todos los arquitectos tratan de hacer los edificios más sostenibles –concluyó–. La preservación también es una dirección muy sana, que ha hecho mucho bien a las ciudades, aunque eso no forma una dirección estética...”