SOCIEDAD › PEDAZOS DE FACHADA DEL MARIANO ACOSTA CAYERON SOBRE LA ENTRADA
Un fragmento de cinco kilos se desprendió de la fachada de la Escuela Mariano Acosta “cuando, por suerte, no había nadie. ¿Seguimos jugando a la ruleta rusa?”. La pregunta retórica escrita en la entrada de la escuela tenía como destinatario al gobierno porteño y de fondo un reclamo que estudiantes y padres del Acosta mantienen desde 2007 por calderas fuera de funcionamiento, ascensores inhabilitados, escaleras clausuradas, filtraciones en los techos y falencias en la instalación eléctrica. El trozo de cemento y yeso tuvo el revuelo mediático suficiente y ayer un funcionario porteño participó de una asamblea convocada por la comunidad educativa de la institución y se comprometió a presentar un “plan de trabajo” en 48 horas ante la Comisión de Padres. El funcionario fue Max Gulmanelli, titular de la Unidad de Apoyo a la Comunidad Educativa, que en diálogo con este diario reconoció que hay un proceso de licitación para reparaciones en el Mariano Acosta que no se concreta desde 2008. “Cada día, sabemos que estamos en peligro, que se cae otro pedazo de edificio”, sentenció Rocío Gallego, integrante del centro de estudiantes.
La escalera que desciende hasta la entrada que da a la calle Moreno está clausurada desde abril, cuando uno de los escalones se partió e impidió el ascenso de un estudiante. En el otro extremo del pasillo, otra escalera está tapiada. “De las tres escaleras que hay en la escuela para que los chicos del secundario desciendan, sólo una puede utilizarse. Si llega a ocurrir un incendio la evacuación será difícil”, resaltó María mientras retiraba a su hija Clara, que asiste al primario.
El acceso al segundo piso se dificulta también por el ascensor: “De tres ascensores, dos están inhabilitados”, señaló Gallego, mientras que un cartel improvisado advierte “sólo en caso de emergencia. Máximo dos personas”, en la entrada del único ascensor habilitado. Además, el trozo de cornisa que se calló la semana pasada de la fachada del edificio es un detalle: “El peligro de desprendimiento es constante. En el frente del edificio que da al patio, la salida está clausurada porque está llena de trozos de material, mientras la obra sigue detenida”, continuó la integrante del centro de estudiantes.
El titular de la Unidad de Apoyo a la Comunidad Educativa aseguró que desde el gobierno porteño “existía conocimiento de la situación” y para realizar la restauración de fachadas externa e internas, de las escaleras y de cielorrasos –que continúan con desprendimientos desde la reparación iniciada por el gobierno de Jorge Telerman, tras la caída del techo en 2007– “hubo un proceso licitatorio en 2008 que no prosperó. En 2009 no hubo un nuevo proceso de licitación y, en este momento, hay un nuevo proceso en marcha”.
La asamblea que se realizó ayer en el Aula Magna del Acosta fue convocada desde la semana pasada a través de una circular que contaba con algunos reclamos más, como la falta de funcionamiento del sistema de incendios, la falta de instalación de una jabalina de descarga a tierra, mal funcionamiento de las calderas y filtraciones e inundaciones.
Gulmanelli adelantó que el sistema de incendios está en funcionamiento, que ya se realizó una obra de impermeabilización sobre la azotea del Aula Magna y en quince días comenzarán las obras sobre el resto del techo y que de las tres calderas funcionan dos, mientras que la restante se reparará antes del miércoles de la semana próxima.
Informe: Nahuel Lag.
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