Dos hombres fueron apresados ayer tras el secuestro de 1200 kilos de cocaína de alta pureza, escondidos en muebles que iban a embarcarse hacia España. Según fuentes policiales, en la frustrada operación estaría vinculado un presunto lavador de dinero con contactos en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El juez en lo Penal Económico Jorge Brugo indicó que “los ladrillos de cocaína tenían el sello ‘DMG’, que pertenecería a un cartel de Colombia, hecho que es investigado ahora”. Esas iniciales podrían ser de David Murcia Guzmán, un empresario colombiano detenido en Estados Unidos acusado de lavado de dinero, quien habría tenido relación de negocios con algunos miembros de las FARC. Brugo estimó que “la cocaína secuestrada, colocada en España, puede comercializarse hasta unos 36 millones de aras”, y confirmó además que está prófuga una mujer española con antecedentes por tráfico de drogas. En el procedimiento “Mudanza Blanca”, concretado por la Policía Federal en conjunto con su par de España, el lunes en una empresa de mudanza internacional de Avellaneda, se encontró la droga oculta en dobles fondos de tres heladeras, un piano y un equipo de asador. El juez dispuso una serie de allanamientos en los que fueron detenidos dos hombres, uno de ellos uruguayo, con documentaciones apócrifas. Uno de los procedimientos fue realizado en un depósito porteño, donde había herramientas y motores de heladera, un piano y otros muebles listos para ser cargados con droga. “Nunca se vio tanta cocaína en la Argentina. Si en los últimos quince días se secuestraron cuatro toneladas y media, ¿cuánto salió? Eso es tremendo”, dijo Brugo.