“No hay pistas firmes, pero está toda la policía trabajando en el caso”, aseguró ayer Cristian Sola, jefe de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) de la policía santafesina, al referirse a Lin Shao, el supermercadista chino secuestrado el lunes en Rosario. Sola también señaló, como uno de los principales obstáculos de la investigación, “la total negativa” de la familia para colaborar. Los secuestradores, que según testigos son dos hombres de rasgos orientales, le habrían pedido 500 mil dólares a la hermana del hombre de 25 años para liberarlo, aunque la policía no da por sentado que se trate de un secuestro extorsivo.

Tras una reunión entre una comisión de uniformados locales con personal de la División Antisecuestros de la Policía Federal, los investigadores siguieron sin descartar hipótesis, a las que sumaron ayer un posible autosecuestro. Lin Shao es el encargado del supermercado Ricchieri, propiedad de sus padres, y fue raptado la noche del lunes, cuando se dirigía a casa con su hi-ja de tres años. Ayer circularon versiones de que el joven tendría deudas de juego.

El jefe de las TOE aseguró: “No es la modalidad del secuestro extorsivo de la banda organizada que estamos acostumbrados a ver. Por lo que hablamos con la gente de Buenos Aires (de la Policía Federal), pasa más por una privación ilegítima y extorsión que por un secuestro extorsivo”. Por otra parte, Sola señaló la falta de colaboración de la familia con la investigación judicial, a cargo del juez Martín Bailaque. “En ningún momento quisieron ningún tipo de asistencia ni hablaron”, dijo el jefe policial.

Los teléfonos de la familia fueron intervenidos, pero según los traductores existen al menos 150 dialectos en el idioma chino, lo que dificulta la tarea. Mientras tanto, la policía chequea videos de los puestos de peaje para ver si pasó la camioneta utilizada para el secuestro.