Mar 03.08.2010

SOCIEDAD  › APELAN LA FALTA DE MéRITO DEL úNICO SOSPECHOSO POR EL CRIMEN DE LA ESTUDIANTE

“Una lectura y análisis benévolos de las pruebas”

Los padres de Marianela Rago Zapata, la joven estudiante de periodismo degollada en su departamento de Balvanera a fines de junio, apelaron ayer la falta de mérito que dejó en libertad al único sospechoso del homicidio, el ex novio de la muchacha, Francisco Amador, de 23 años, y pidieron que la Cámara del Crimen dicte su procesamiento. Entre los fundamentos, sostienen que el juez de instrucción Rodolfo Cresseri hizo “una lectura y análisis, cuanto menos, benévolos de las pruebas existentes en la causa”. Entre otros datos, sostienen que el magistrado minimizó la relación violenta que Amador seguía manteniendo con Marianela, de acuerdo con varios testigos, y no tuvo en cuenta que tres meses antes del homicidio habría intentado ahorcarla con sus manos, golpeándola contra una pared, según declaró en la Justicia una amiga de la muchacha que conoció aquel hecho, un episodio que tiene llamativas similitudes con los resultados de la autopsia sobre el cuerpo de Marianela: antes de propinarle las cuchilladas que acabaron con su vida, el homicida intentó asfixiarla con sus manos, haciendo presión sobre su cuello.

Eduardo Rago y Patricia Zapata también objetaron que el juez no ponderó el hecho de que un cuchillo similar al que habría utilizado el asesino fue encontrado en el domicilio de Amador, que sobre una de las prendas que se le secuestraron no se pudo determinar el patrón genético de los restos de sangre por falta de material genético, es decir, que todavía no se tiene certeza de que no pertenezca a la joven, y que hay notables contradicciones entre los dichos del joven y los del portero sobre el horario en que estuvo en su casa la madrugada del crimen.

El recurso de apelación fue presentado por los abogados Verónica Cicchi y Federico Greve. Los letrados tienen fuertes sospechas sobre Amador, con quien Marianela había noviado hasta unos diez meses antes del crimen y, al parecer, según atestiguaron varios amigos de ella, lo seguía viendo. En marzo, Marianela le contó a Victoria Ponce, una amiga suya que declaró en la Justicia, que Amador la había sacudido brutalmente: “Me quiso ahorcar, me ahorcó, me pegó contra la pared y me dijo te voy a matar hija de puta”, le relató. Jonathan Zarandon, otro amigo, refirió el mismo episodio y agregó que Amador esa noche “se había enojado y la había arrojado desnuda al pasillo de su departamento y había sido la hermana de Amador quien la habría ayudado, ya que Amador se negaba a devolverle la ropa”.

Los dos amigos contaron que el maltrato esa vez había comenzado en el boliche bailable El Bárbaro, de Recoleta, en el que Amador “trató violentamente a Marianela hasta hacerla llorar”. Según declararon ambos amigos, esa noche la joven se fue de la disco con Amador. En ese mismo local bailable la vio por última vez en la noche del sábado 26 de junio Matías, hermano de Marianela. Matías esa noche se fue a la casa de su novia. Marianela se quedó con unos amigos. Los hermanos se despidieron con la promesa de ver juntos el domingo 27 de junio el partido de Argentina y México. Cuando su hermano la llamó para el partido, ella no respondió el teléfono. El lunes, tras ir la facultad y al trabajo, el joven de 23 años fue hasta el departamento que compartía con Marianela y la encontró tirada en el piso, con la misma ropa que usó para ir a bailar y rodeada de un charco de sangre. La habían degollado. La cerradura no estaba forzada.

Marianela Rago murió asfixiada, y con un profundo corte que sufrió en la garganta con una cuchilla de su propia cocina. Tenía rastros de haberse defendido, los brazos cortados, la ropa rota y en la casa faltaban algunas pocas cosas. Matías y Marianela habían llegado a la Capital Federal al terminar el secundario, provenientes de Tierra del Fuego, donde habían crecido y viven sus padres. Amador también se había instalado en Buenos Aires.

El 13 de julio, el juez Cresseri le dictó la falta de mérito y lo dejó en libertad, luego de que los análisis de ADN que se realizaron sobre ropa con manchas de sangre secuestrada de la casa de Amador determinaran que las muestras no eran suficientes. El muchacho fue liberado luego de pasar 14 días en la cárcel federal de Marcos Paz. Sin embargo, para los abogados de la querella, hay pruebas suficientes para dictar su procesamiento. Señalan que no pudo explicar bien qué hizo la madrugada del crimen y no coincide su declaración del horario en que estuvo en su casa con el testimonio que dio el portero del departamento en el que vive. Incluso, objetan que la falta de mérito fue firmada por el magistrado en forma apresurada, tres días hábiles antes del vencimiento del plazo que tenía para resolver la situación procesal del imputado, sin llegar a determinar a quién pertenece un celular al cual se comunicó Amador horas previas al crimen.

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