“El informe del ministro de Educación es falso y mentiroso”, dijo el diputado Martín Hourest (del bloque Igualdad Social). Se refería a la exposición que Esteba Bullrich brindó en la Legislatura, en la que aseguró que se había ejecutado el 57 por ciento del presupuesto previsto para este año para obras de infraestructura.

Según el legislador, las cuentas que presentó Bullrich suman no sólo el dinero gastado (devengado con certificado aprobado), sino las obras en etapa de llamado a licitación y las que están en período de adjudicación. “De acuerdo con la Ley 70, de Presupuesto, para evaluar el porcentaje ejecutado debe tomarse en cuenta exclusivamente lo devengado”, explicó Hourest.

Si así fuera, “la ejecución al 26 de agosto sería del 21 por ciento del presupuesto, teniendo en cuenta el total que presentó Bullrich, de 121 millones, y lo gastado, 25,7 millones”. “Pero eso tampoco es cierto, ya que el presupuesto que aprobó la Legislatura para todo el año es de 337 millones”, aclaró. Ocurre que ese monto incluía el dinero proveniente de los terrenos de Catalinas Norte, que no había terminado de ingresar totalmente a las arcas de la Ciudad. “De todas maneras –enfatizó Hourest–, el Ejecutivo tiene atribuciones de reasignar partidas, si entiende que ese gasto es prioritario, como hizo el año pasado con el presupuesto para la reparación de veredas o para el servicio de higiene urbana.”

Desde el Centro de Estudiantes del Colegio Lengüitas, del barrio porteño de Palermo, también calificaron el informe del ministro de “desactualizado y falso”. La asamblea general lo rechazó porque, según relataron, tenía “imprecisiones” y un “montón de falencias”.

Desde el Lengüitas contaron a Página/12 que el detalle de obras de ese establecimiento tiene “imprecisiones”. Por ejemplo, en el listado de obras finalizadas figura la reposición de luminarias fluorescentes y luces de emergencia, pero ese trabajo no está concluido. “Le ofrecimos (a los funcionarios) que pasen y vean que no está finalizada. No quisieron”, contó un estudiante.

Por otra parte, la aislación térmica de la caldera aparece en el listado de obras proyectadas cuando ya está terminada, relataron desde el Centro. En el colegio ubicado en Juncal 3251, adonde también funciona el Comercial 26, la toma de los estudiantes se extendió hasta el lunes pasado –en solidaridad con sus compañeros de otras escuelas con mayores problemas de infraestructura–, cuando optaron por suspender la ocupación y pasar a un “cuarto intermedio”. Reclaman calefacción en el primer piso del establecimiento y arreglos en el predio de las canchas de fútbol, donde hay rejas rotas. Como otros de los secundarios en protesta desde hace más de quince días, el próximo lunes recibirán un nuevo plan de obras, y luego en asamblea evaluarán si volverán a las tomas.