Dom 24.10.2010

SOCIEDAD  › COMO ES EL CENSO DEL MIERCOLES

Las preguntas del millón

En el censo del 27 se preguntará sobre el conocimiento informático. Habrá un relevamiento de las minorías afroargentinas, las comunidades indígenas, las familias homoparentales y las personas discapacitadas. Será el censo más inclusivo de la historia.

› Por Emilio Ruchansky

Será el censo más inclusivo de la historia argentina. Así definió Roberto Muiños al Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, que comenzará el miércoles a las 8 y que él viene coordinando hace meses. “Tiene como particularidad el relevamiento de las minorías afroargentinas, las comunidades indígenas, las familias homoparentales y las personas discapacitadas. Y esto pasa en un contexto, la sociedad está cambiando y se está volviendo inclusiva, tolerante, y reconoce las diferencias. Nosotros tenemos que reflejar eso”, explicó Muiños, director de metodología del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Además, por primera vez habrá integrantes de organizaciones no gubernamentales entre encuestadores para asegurar una mayor cobertura.

Durante doce horas, 600 mil censistas recorrerán ciudades y pueblos de todo el país portando el cuestionario “básico” o “el ampliado”. El primero se aplicará en el 90 por ciento de todas los lugares con cincuenta mil habitantes o más, excepto las villas y asentamientos con población indígena que llenarán el ampliado. Entre las 40 preguntas de este cuestionario figuran temas como la calidad de la vivienda, la ocupación, la escolarización o la falta de la misma, el alfabetismo y el analfabetismo. Las autoridades también obtendrán la proporción actual de hombres y mujeres por grupos de edad e información sobre mortalidad infantil.

“El ampliado se utilizará en el 10 por ciento restante de las ciudades de más de 50 mil habitantes a modo de muestreo y en los lugares más chicos. Esto implica un gran avance. Por una parte reduce la cantidad de censistas y simplifica el operativo; por otro lado, el muestreo tiene una precisión óptima y nos permite mejorar la calidad. El cuestionario ampliado es el que contiene las preguntas sobre afrodescendencia, pueblos originarios, discapacidad, migración, cobertura de salud, seguridad social y situación conyugal. Ahí se menciona también el tema de la fertilidad, que sirve para determinar la cantidad de mujeres mayores de 14 años con hijos”, informó Muiños.

Otro de los puntos novedosos es el conocimiento informático. Si bien en el censo del 2001 se preguntó si había una computadora en el hogar, esta vez se ampliará la cuestión. Los censistas preguntarán a cada persona si sabe manejar programas informáticos. “Estos resultados se van a cruzar con el nivel de instrucción y permitirán datos que no existían en la Argentina sobre el llamado ‘analfabetismo informático’”, comentó el coordinador, quien agregó que la inclusión de esta nueva pregunta sobre computación fue un pedido expreso del Ministerio de Educación de la Nación.

Entre las novedades que destacó Muiños también está la participación directa de organizaciones sociales en el relevamiento. El especialista aseguró que es una recomendación de las Naciones Unidas y advirtió que al mismo tiempo es una respuesta a repetidos reclamos de las propias minorías involucradas. Para Miriam Gómez, que trabaja en el “programa de sensibilización para la variable afro” del Instituto contra la Discriminación (Inadi), “es un gran paso y una gran oportunidad para empezar a terminar con una negación histórica, que no existimos”.

En 2005, una primera encuesta sobre el tema hecha por el Indec en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe indicó que el cinco por ciento de la población argentina es afrodescendiente, es decir, dos millones de personas. “Hasta ese momento, cada vez que pedíamos luchábamos contra la discriminación o incluso cuando pedíamos financiación nos decían: ‘pero si ustedes son pocos, cómo vienen a hablar de racismo’.” La pregunta permitirá conocer la situación de los afroargentinos en lo que concierne a educación, salud, vivienda y condiciones materiales.

“Yo creo que va a haber un alto grado de prejuicio racial que va a influir negativamente. Mucha gente no sabe que es afrodescendiente porque sus propios familiares se lo ocultaron. Y también hay autoestigmatización dentro del colectivo. Todavía no llegamos al ‘orgullo negro’, como lo hicieron los afronorteamericanos en los ’70. Pero desde la crisis de 2001 se nota que la gente quiere encontrar su identidad después de cuatro siglos de esclavismo y opresión para los afros y las comunidades indígenas y un siglo de silencio y marginación”, señaló la dirigente.

Por su parte, Carmen Burgos, integrante de la Comisión de Juristas Indígenas de la República Argentina, opinó que “la pregunta sobre la procedencia indígena ya es una política inclusiva por sí misma”. Además, la dirigente resaltó el avance que significa la participación de personas de la propia comunidad en la elaboración del censo: “Que seamos sujetos de esto es una gran apertura para despertar conciencia. Somos más de veinte pueblos y seguramente con el censo aparecerán otras comunidades”. En los cuestionarios ampliados, los censistas tendrán un listado con las comunidades a modo de orientación.

“¿De qué manera íbamos a ser visibles sin esto?”, se preguntó Burgos. Para ella, los resultados, además de aportar visibilidad, influirán en los reclamos por el territorio y las políticas públicas para equilibrar la desigualdad histórica que existe en la Argentina respecto de estas comunidades. “Creo que estamos tomando fuerza desde aquella marcha que hicimos el 20 de mayo de este año. La dignidad indígena pelea por todo, por la tierra, pero también por revertir la discriminación. Y el censo sirve, para esto y también para que se reafirme, a través de las estadísticas, que seguimos existiendo”, concluyó.

El tema de la inclusión de las familias homoparentales precisó de un cambio en el sistema electrónico. En 2001, cuando en la planilla constaba que el jefe de familia tenía como cónyuge a una persona del mismo sexo, el dato no podía ser ingresado a la computadora, que lo procesaba como “una inconsistencia”. Ahora, el sistema no descartará estas realidades. “Es positivo porque permite mostrar a nuestras familias y además porque nos incorpora en el instrumento más importante que tiene el Estado para diseñar políticas públicas”, destacó Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt).

Sin embargo, al igual que en el caso de los afrodescendientes, Paulón cree que va a existir “subregistro”, es decir, parejas del mismo sexo que no van a querer ser censadas como tal. “Y no tiene nada que ver con el censo. La ley de matrimonio igualitario no terminó con la discriminación. En un pueblo chico, veo difícil que si la docente, que conoce a medio mundo, se acerca a una casa donde vive una pareja gay, ellos se animen a contarlo”, señaló el dirigente rosarino. De todas formas, Paulón aseguró que el año que viene el Indec comenzará a hacer sondeos y estadísticas más profundas sobre diversidad sexual.

De todos modos, que el titular de la Falgbt aseguró que “nos incluyan en el censo es un gran gesto político, nosotros estamos pidiéndoles a las parejas de todo el país que se animen y se visibilicen”. El coordinador del censo, Roberto Muiños, explicó: “Las sociedades cambian y evolucionan. Y por eso también cambian las requisitos de información. Hoy las parejas entre el mismo sexo están reconocidas oficialmente por el Estado y ante la ley. Nosotros tenemos la obligación de proveer información al respecto”.

El caso de la discapacidad, según explicó este especialista, es parecido a lo ocurrido con la pregunta sobre informática del censo del 2001. “Hicimos una gran mejora, no se busca saber si hay un discapacitado en el hogar. Se le pregunta a cada persona por el tema. Esto va a permitir saber cuáles son las principales discapacidades: la vista, el oído, el habla, la movilidad, entre otras. Fue una pregunta solicitada por el Ministerio de Salud y algunas organizaciones civiles. Esto demuestra, como ya lo dijimos antes, que en la elaboración de la encuesta no es sólo nuestra. Participaron todos los ministerios”, aclaró el funcionario del Indec.

Muiños adelantó que los primeros resultados del estudio se divulgarán a mediados de diciembre e insistió en destacar que esta vez el censo se hará un día de semana, el miércoles, que será feriado. Según él, en 2001 se hizo durante un fin de semana y no se obtuvieron buenos resultados porque la gente prefería pasar el día fuera de su casa. Este miércoles habrá que aguardar entonces, entre las 8 y las 20. “Es un acto cívico y apelamos a responsabilidad de la gente para que espere al censista en la casa. Yo entiendo que pueda ser tedioso, ¡pero es sólo un día cada diez años!”.

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