Los censistas recuperadores continuaron ayer temprano con el Censo 2010 y lo harán hasta el domingo en busca de las personas que estaban ausentes de sus casas el miércoles pasado, de edificios enteros omitidos por otros censistas y de quienes rechazaron ser encuestados. Estos últimos, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), son menos del uno por ciento de la población. También trabajarán hasta el domingo los 130 encuestadores que desde ayer atienden telefónicamente a quienes deseen censarse; luego, cruzarán la dirección y el código postal de las viviendas de estas personas para evitar duplicaciones o distorsiones.

Según explicó a Página/12 la coordinadora del equipo de diseño conceptual del censo, Roxana Cuevas, cada censista llevaba consigo, además del cuestionario básico o el ampliado, una planilla conocida como “C1”, donde se consignaron varios datos extra. Entre ellos, una serie de ítems relativos a efectivización de la encuesta. “Tenían como opciones a marcar: que fue realizada, que hubo rechazo, que la persona le pidió que pasara más tarde o la ausencia temporal del censado de su hogar”, informó la funcionaria.

Con estos datos, ayer se volvió a las casas donde nadie atendió al censista y donde hubo una negativa expresa. “En el caso de las omisiones de edificios enteros –algo que pasó en otros censos–, la misma gente llamó. Hubo también algunas cuadras donde no pasó el censista, pero no quedó ningún barrio entero por censar. Después recibimos llamadas por omisiones aisladas, que fueron resueltas en la misma línea gratuita 0800-999-23676, que funciona hasta el domingo de 6 a 24”, explicaron anoche desde el Indec. En promedio, ratificaron, se censó al 97 por ciento de los argentinos.

Según confiaron desde el Indec a este diario, muchos de los llamados a la línea gratuita provenían de personas que decidieron salir de sus casas para ir a manifestar su pésame por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner a la plaza de su pueblo o ciudad. “Esto alteró bastante la inmovilidad, mucha gente estaba ansiosa por irse, pero después llamaron y fueron censadas”, informaron desde el Instituto. Allí aclararon que, además de ese número gratuito, fueron habilitadas para recibir llamados de todo el país al menos cinco líneas de teléfono del Indec, donde los operadores recibían y realizaban los llamados a las personas que no fueron registradas en el relevamiento.

Otro grupo de “censistas recuperadores” se abocó específicamente a los rechazos. Aunque la titular del Indec, Ana María Edwin, aseguró el miércoles pasado que “el censo no es sólo un derecho, también es una obligación ciudadana y una carga pública” e insinuó multas para quienes sigan rechazando el censo, no queda claro el monto de las multas. “Serían de 300 pesos para arriba”, dijeron fuentes del Indec, aunque de ese tema, agregaron, “se encarga el Ministerio del Interior”. Allí tampoco estaban al tanto de la suma.

Los que ya recibieron multas fueron diez comercios mendocinos. El subsecretario de Trabajo local, Sebastián Godoy Lemos, contó que todos los lugares fueron denunciados. En Mendoza capital fueron multados una bodega, un minimarket, una panadería, un galpón de empaque, un hotel y una estación de servicio. En el Gran Mendoza fueron sancionados un call center y una fábrica de muebles. A ninguno de los trabajadores se les había garantizado el pago doble y la devolución del día trabajado.

Mientras procesan datos con miras a presentar un informe a mediados de diciembre con la cantidad total de habitantes (los resultados definitivos estarán en diciembre de 2011), en la provincia de Buenos Aires se siguió censando al 5 por ciento de la población que por diversos motivos no accedió a la encuesta. Según Karina Angeletti, directora de Estadística de ese distrito, “se desarrolló un software para detectar rápidamente aquellas áreas que quedan aún sin censar, como las afueras de La Plata, Mar del Plata o La Matanza”.

La funcionaria contó que mucha gente, ante las consternación por el fallecimiento de Kirchner, optó por “acercarse a censarse a la escuela más cercana”. Uno de los casos de mayor complicación en el trabajo de los censistas ocurrió en La Rioja, donde la titular de la Dirección Provincial de Estadística y Censos, Mónica Cabeza, estimó en un 10 por ciento del total de la población la que no había podido ser relevada. En algunas localidades cordilleranas, fue el fuerte viento Zonda lo que alteró el trabajo de los censistas.