SOCIEDAD › REBELIóN EN SEIS BARRIOS PORTEñOS
Protestas vecinales con cortes de calles, recursos de amparo y recomendaciones de la Defensoría ponen en jaque un plan que prevé construir pasos bajo nivel en calles y no en avenidas.
› Por Eduardo Videla
Vecinos de seis barrios porteños están en pie de guerra contra el proyecto para construir 25 pasos bajo nivel, la mayoría de los cuales están previstos para calles de bajo tránsito. Los vecinos piden que la obra se haga en avenidas, donde podría beneficiar, además de a los automóviles particulares, al transporte público y de carga. Hoy a las 12.45, en una nueva etapa del reclamo, se concentrarán en el cruce de las avenidas Triunvirato y Monroe, donde cortarán media calzada. La medida se suma a los cinco recursos de amparo presentados a la Justicia, cuatro proyectos de ley y dos recomendaciones de la Defensoría del Pueblo de la ciudad.
El mayor cuestionamiento a las obras radica en que se trata de túneles de baja altura, sólo aptos para el paso de automóviles y no de transporte público de pasajeros o camiones y que muchos de ellos se construirán en calles donde ni siquiera hay pasos a nivel.
“No nos vamos a quedar con los brazos cruzados: si quieren tener varios Gualeguaychú en la ciudad de Buenos Aires los van a tener”, advierte Eduardo Sesarone, vecino de Villa Urquiza, como para que quede claro que la cosa va en serio. Además de ese barrio, el proyecto de los túneles afecta a Villa Devoto, Agronomía, Coghlan, Núñez y Belgrano.
El conflicto se inició a partir del 8 de agosto último, cuando la Legislatura aprobó la ley que autoriza un préstamo a la empresa estatal AUSA para financiar la construcción de 25 pasos bajo nivel. Eran unos 150 millones de dólares, parte del dinero que había obtenido el gobierno mediante la colocación de bonos al 12,5 por ciento anual para la ampliación de la red de subtes.
“Se tomó un préstamo caro para una obra que no se hizo y se terminó derivando el dinero a construcciones que no son necesarias”, cuestiona el diputado Sergio Abrevaya (Coalición Cívica), autor de tres proyectos de ley correctivos del actual proyecto y promotor de un recurso de amparo colectivo en el que se reclama frenar el proceso de licitación. El otro proyecto pertenece a Adrián Camps, de Proyecto Sur.
Gerardo Gómez Coronado, adjunto de la Defensoría del Pueblo, firmó dos resoluciones en las que recomendó suspender las licitaciones, que ya estaban en marcha, convocar a audiencias públicas, y conocer el supuesto plan integral, que el gobierno nunca dio a conocer. La misma solicitud hizo la jueza Elena Liberatori, quien entiende en uno de los recursos de amparo: le dio cinco días de plazo al Ministerio de Desarrollo Urbano para que presente un informe detallado del conjunto de las obras.
En el Ministerio de Desarrollo Urbano insisten con que las obras apuntan a evitar accidentes en los cruces de vías. Argumentan que los túneles en calles sin pasos a nivel serían “obras complementarias para desviar el tránsito cuando se hagan las principales, en las avenidas”. Como ejemplo: para construir un futuro paso bajo nivel en Avenida de los Constituyentes, en Villa Urquiza, se construirían primero túneles en las calles Ceretti, Altolaguirre y Burela.
Ese argumento es rechazado tanto por el defensor adjunto como por los legisladores que se oponen al proyecto y los vecinos. “No estaba en los fundamentos de la ley”, advierte Cecilia Tomalino, vecina de la calle Cuenca, en Agronomía. “Fueron cambiando el discurso a medida que hablaban con nosotros”, agrega Roberto Larreguy, de la calle Chivilcoy, en Villa Devoto. “Son obras que se pueden inaugurar en ocho o nueve meses, antes de las elecciones”, razona el diputado Abrevaya.
“Si las obras sirven para reducir el impacto de una futura obra mayor ¿por qué no se hacen pasos a nivel en lugar de túneles, como se ha hecho en algunas localidades del Gran Buenos Aires?”, se pregunta Gómez Coronado. Los vecinos coinciden con la objeción: “Cuando terminen la obra principal, si la hacen, los túneles van a quedar para siempre enfrente de nuestras casas”, sostiene Tomalino. “Y si con los túneles logran reducir el tránsito en las vías principales es posible que esas obras no se hagan nunca”, agrega Sesarone. La desconfianza está alimentada por la ausencia de los túneles principales en la lista presentada por el gobierno.
Esa lista incluye 25 pasos bajo nivel, de los cuales solo cinco corresponden a avenidas. La lista no fue discutida por los diputados que aprobaron el préstamo a AUSA: fue incluida a último momento, durante el debate y no la conocían ni los legisladores oficialistas. Dos de los proyectos de Abrevaya apuntan a corregir esa lista, reemplazando túneles previstos en calles por otros en las avenidas San Martín, Francisco Beiró, De los Constituyentes, Alvarez Thomas, Congreso y Monroe.
Al margen de las especulaciones sobre intenciones electoralistas, los vecinos de Villa Urquiza advierten que, a metros de los túneles proyectados en ese barrio, se encuentra el emprendimiento Jardines de Roosevelt, que tiene como socios al ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, y su secretario de Planeamiento, Héctor Lostri.
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