Mientras de la Costa Atlántica el recambio se hacía atravesando una barrera de agua que no era precisamente de la playa, en las sierras cordobesas el sol recibió al recambio turístico con temperaturas que llegaban a los 35 grados o más. En Córdoba, los empresarios turísticos rebosaban de alegría y sonrisas anchas con las localidades repletas. Las reservas ya confirmadas para esta segunda quincena de enero anticipan un gran movimiento turístico para lo que resta del mes.

Tanto el Valle de Punilla, como los de Calamuchita y de Traslasierra, las regiones de Paravachasca, de las Sierras Chicas las del Sur, y hasta las localidades que circundan a la enorme laguna Mar Chiquita, llamada el mar interior argentino por su agua salada, están con sus alojamientos completos.

En Villa Carlos Paz el sábado por la noche era imposible lograr un sitio para estacionar en la zona céntrica, donde el área peatonal de seis cuadras semejaba una marea humana, y largas filas para acceder a los restaurantes y pizzerías.

La mayoría de los teatros trabaja a sala llena, con dos y hasta tres funciones, en algunos casos. En la región de Punilla, y por unos 50 kilómetros, La Falda, Cosquín, Villa Giardino, La Cumbre y Capilla del Monte reflejaron similares movimientos nocturnos.

Durante la mañana de ayer, los turistas se instalaban de a poco a orillas de arroyos, ríos y lagos para pasar el día al aire libre, paliando los efectos de la elevada temperatura.

En el Valle de Calamuchita, hay gran cantidad de turistas en Santa Rosa y Villa General Belgrano. En Embalse hubo una gran concurrencia de visitantes, mientas que la región del oeste cordobés también está colmada, en el Valle de Traslasierra, con Mina Clavero como cabeza turística y Nono, Cura Brochero, San Javier, Las Rosas, con ocupaciones a pleno.