Vie 31.01.2003

SOCIEDAD  › UN POLICIA MATO A UNA CHICA DE 19 AÑOS. LA BEBA SOBREVIVIO

Gatillo fácil contra una embarazada

El cabo disparó contra un grupo de chicos que lo molestaban y mató a Verónica Gauto. La beba nació con vida y se llama Milagros.

Melina iba a nacer dentro de dos semanas pero su madre, de 19 años, murió el miércoles con un balazo en la cabeza que disparó un policía bonaerense. Por eso ahora se llama Milagros Melina: ése fue el nombre que le dieron los médicos que tuvieron que realizar una cesárea sobre el cuerpo de la madre muerta. Milagros sobrevivió al gatillo fácil de Fabián Sosa, un cabo de Quilmes que disparó contra un grupo de chicos que lo habían molestado jugando al carnaval. Ayer fue detenido y acusado de homicidio simple.
Verónica Gauto, embarazada de ocho meses, esperaba a su beba para dentro de dos semanas. El miércoles a la tarde salió de su casa de Bernal junto a su marido Jorge Cejas cuando escuchó disturbios en la calle: unos chicos jugaban con bombitas de agua hasta que llegó un patrullero “para dispersar a los pibes allí reunidos”, según afirmó Cejas. Los cabos Miguel Rozales y Fabián Sosa, de la comisaría séptima de Quilmes, bajaron del vehículo: “Todos estaban jugando al carnaval y mojaron al patrullero, ahí uno de los policías desafió a pelear a un chico de 14 años y se agarraron a las trompadas; el policía le pegaba con el bastón y entonces salió su mamá a defenderlo y también recibió varios golpes”, contó el marido. En ese momento reaccionó la gente y el policía se retiró unos 30 metros, se dio vuelta y empezó a disparar. Cejas relató: “Yo justo entraba a mi casa junto a Vero cuando la vi caer con un balazo en la cabeza”. Sosa es el principal sospechoso de haber disparado y matado a Verónica pero según relató a Página/12 la cuñada de la víctima, Beatriz Gaudo, “también el compañero tiró”.
La causa se derivó a la Fiscalía Nº 2 de Quilmes a cargo del fiscal Luis Armella, quien ordenó el secuestro del arma y la detención de Sosa por “homicidio y lesiones”, ya que también fue herido con un disparo en la clavícula un chico de 14 años. El fiscal apartó a la Policía Bonaerense de la investigación del caso y solicitó que la autopsia del cadáver fuera realizada por peritos de la Policía Judicial. Hasta el momento se sabe que Verónica recibió al menos un impacto en el cráneo de un proyectil encamisado que ya fue extraído por los peritos. Sosa prestará declaración indagatoria hoy a las 10.
Según relató Armella a Página/12, “había un disturbio pero aparentemente no había armas del otro lado” en referencia al grupo de chicos con los que se enfrentó el policía y contra quienes disparó su arma.
La versión de Nelson Ayala, titular de la comisaría donde trabajaba Sosa, es un poco diferente: “Había dos policías que se acercaron al lugar porque se estaba arrojando agua sucia a colectivos y transeúntes. Veinte vándalos se les vienen encima, entonces uno de los efectivos retrocede y pide refuerzos mientras que Sosa es rodeado y en un forcejeo aparentemente se monta la pistola y se producen varios disparos ocurriendo un accidente”.
–¿Los policías no llevan seguro en el arma? –preguntó Página/12.
–Cuando uno está en la calle se puede destrabar el seguro –respondió el comisario.
–¿Ustedes no dan la orden de llevar el seguro puesto?
–Algunos salen con el seguro puesto y otros no.
Ayala confirmó que Miguel Rozales era el policía que acompañaba a Sosa. “Los dos efectivos recibieron lesiones pero ninguna de gravedad”, aclaró. Sobre el aparente asesino de Verónica, opinó que “es un buen funcionario y su conducta es excelente”. Según revelaron fuentes de la misma comisaría, Sosa habría admitido que “se le escapó el tiro”.
Luego de que la mujer recibiera el disparo fatal llegó otro patrullero y la trasladó –ya muerta– al Hospital de Wilde. El subdirector del centro, Alberto Moneti, explicó que se le realizó una ecografía para evaluar los latidos del bebé y “como había poca actividad cardíaca se optó por realizar una cesárea”. A las 3.30 nació la beba “con una depresión grave por lo que se hicieron tareas de reanimación hasta que estuvo en condiciones normales”, agregó Moneti.
Los médicos llamaron Milagros a la beba que nació con tres kilos y medioy que fue llevada al Hospital Ana Goitía de Avellaneda. Griselda Paiva, médica de guardia del establecimiento, contó a Página/12 que “Milagros fue traída dos horas después de su nacimiento porque en el hospital de Wilde no hay servicio de Neonatología; tuvo un poco de dificultades para respirar y convulsiones pero ya está estable y se quedará unos días más en terapia intensiva”.
“Vero estaba esperando ansiosa al bebé, era el primer hijo que iba a tener, y la iba a llamar Melina Silvana”, contó su cuñada. El padre de la beba fue a ver a su hija recién nacida y aceptó la idea de los médicos: se llamará Milagros Melina.

Producción: Gabriel Entin

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