Un adolescente de 13 años padeció ayer la fractura de su cráneo a causa de un piedrazo que fue arrojado al micro de larga distancia en el que viajaba, junto a su familia, en la localidad de Glew, partido de Almirante Brown. El joven quedó hospitalizado, en observación, y “evoluciona favorablemente”, según indicaron fuentes médicas.

El ómnibus de doble piso de la empresa Master Bus fue apedreado a la 1.15 de ayer, en la ruta 210, a la altura del cruce con Aristóbulo Del Valle, a cuatro cuadras de la parada de Glew. “Sentimos las explosiones y los golpes de piedras contra vidrios y chapas de la unidad, que destruyeron tres ventanillas y lesionaron a un menor de 13 años”, narró Fabián, el chofer del micro, en declaraciones televisivas. El conductor calificó el ataque como un “hecho de vandalismo” y negó así que el objetivo de la agresión haya sido el robo de la unidad, que había partido de la localidad bonaerense de Valentín Alsina hacia la ciudad balnearia de Mar de Ajó. “Había mucha gente que había participado poco antes en el corso de Glew, a una cuadra y media o dos cuadras”, completó la descripción del ataque.

Tras recibir los piedrazos, el colectivero siguió con la marcha hasta llegar al kilómetro 24,200 de la ruta 210, donde se encuentra el cuartel de Bomberos Voluntarios de Guernica. Allí se auxilió al adolescente y de inmediato se lo trasladó al hospital de esa localidad.

Finalmente, el joven recaló en el Hospital de Niños de La Plata Sor María Ludovica; su director, Reinaldo Reimondi, sostuvo que la herida sufrida por el adolescente no afectó su sistema nervioso. “El menor permanecerá en observación 48 horas, porque presenta una fractura de cráneo que no ha afectado el sistema neurológico cerebral, por lo que no ha sido necesario intervenirlo quirúrgicamente”, sostuvo. El joven –agregó el médico– “evoluciona favorablemente”.

En tanto que Jorge Alegre, padre de la víctima, explicó que recién habían salido, cuando sucedió el ataque. “Yo venía de la mano derecha y él (por su hijo) contra la ventanilla de la mano izquierda”, precisó Alegre. El padre relató: “Sentí el ruido y nada más, vi a un montón de pibes, fue un segundo. Para mí que salieron del corso y lo hicieron como una hazaña de tirar la piedra al micro”.

Un jefe policial pidió la presencia de testigos que puedan aportar detalles de los agresores, que por el momento no están identificados. Los pasajeros debieron declarar antes de ser trasladados en otra unidad hacia el destino final. Ahora, los investigadores intentan definir si hubo intención de robar el micro o sólo de realizar un acto de vandalismo.