Mié 16.02.2011

SOCIEDAD  › SóLO SE FRACTURó UN BRAZO TRAS CAER DESDE UN TERCER PISO

Una niña en caída libre

Victoria tiene tres años. Sola por unos minutos en su departamento del Abasto, se asomó a la ventana, cayó a la vereda y sobrevivió. Está internada en el Gutiérrez.

Cayó a una vereda del Abasto desde un tercer piso, y por todo daño quedó con una fractura de brazo. Victoria, la chiquita de tres años que sufrió el accidente en la mañana de ayer, durante un lapso en que estuvo sola en su casa, anoche permanecía internada en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y evolucionaba favorablemente. “No tuvo lesiones de órganos nobles, hemorragias, fisuras. Es decir, todos sus órganos internos están intactos”, informó el director del SAME, Alberto Crescenti, quien, asombrado por la situación, recordó que “los chicos son muy elásticos”. La familia prefirió mantener silencio sobre lo sucedido, mientras que la comisaría 7ª inició una investigación al respecto.

La niña vivía con su madre en un edificio de Jean Jaurés al 300, a poco más de media cuadra de la calle Sarmiento. Faltaban minutos para las ocho de la mañana. La madre de Victoria, cuyo nombre no trascendió, había dejado el departamento para ir a trabajar. La niña, que quedó sola, dormía. Según trascendió, la tía de la pequeña estaba por acudir a la casa para encargarse de su cuidado durante las horas siguientes.

Fue en ese lapso, entre la ida de su madre y la espera de su tía, que la niña despertó sola en el departamento. De acuerdo con fuentes policiales, “se asomó a la ventana y se cayó”.

“Yo vi que caía algo, no se entendía bien qué era”, declaró a la prensa el encargado de un edificio ubicado al otro lado de la calle, quien por entonces estaba limpiando el palier. De acuerdo con su relato, la pequeña cayó boca abajo, “y por un rato no se movía. Había quedado ahí”. Al cabo de unos instantes, y antes de que nadie atinara a acercársele, Victoria se irguió lentamente y se sentó por su cuenta.

Una vecina del edificio llegaba con su coche en ese momento, y vio cuando una ciclista detuvo la marcha y se acercó. Resultó ser una médica, y asistió a la chiquita durante la hora de espera de la ambulancia. La doctora de la bicicleta –contó la vecina– mantuvo a Victoria entretenida dándole charla. La chica contó que “tenía sueño”, y un rato después “se puso a llorar”.

El encargado del edificio donde viven la nena y su madre se encontraba ya adentro del edificio, porque había terminado de limpiar la vereda y el frente. “Me dicen: ‘Hay una piba que se ha caído del edificio’. La encontré en la vereda. Estaba sentadita, la tenía la gente. Le hablé y me dice: ‘Señor, me duele mucho la espalda.”

La madre –explicó el encargado– “la dejó sola durmiendo hasta que viniera una tía para cuidarla”. Precisamente la tía llegó al lugar “veinte minutos después” de sucedido el accidente; todavía faltaban cuarenta minutos para que apareciera la ambulancia del SAME.

El director médico del SAME, Alberto Crescenti, detalló que la nena sufrió “politraumatismos varios”, pero que, sin embargo, estaba “consciente y lúcida, por lo que podemos inferir que no ha sufrido traumatismo de cráneo”. Horas después, en el parte vespertino, las autoridades médicas del Hospital Ricardo Gutiérrez informaron que Victoria había sufrido la fractura de un brazo y contusiones en el cráneo. Los chicos –señaló Crescenti al intentar explicar cómo fue posible el resultado del accidente– “tienen cuerpos elásticos”.

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