Jueves, 3 de marzo de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EL ORGANISMO DE LA ONU SOBRE DROGAS SOSTIENE QUE LA ARGENTINA MEJORó LAS MEDIDAS EN EL áREA
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes consideró en su informe anual que el país “reforzó y mejoró” los controles y señaló que hay “mayor integración” en la política de fiscalización de drogas. También elogió la regulación de los precursores.
Según el último informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de las Naciones Unidas, el gobierno argentino “ha reforzado y mejorado” la coordinación de los organismos encargados del control de las drogas legales e ilegales. Entre otros puntos, el texto presentado ayer destaca la “integración de las autoridades de aduanas en la política nacional de fiscalización de drogas” y las medidas para prevenir “la desviación de estupefacientes y sustancias psicotrópicas de los canales lícitos de distribución para la venta en mercados ilícitos”. Desde la JIFE también se “alienta” al Gobierno a ampliar “los programas de prevención del uso indebido de drogas y el número de centros de tratamientos y rehabilitación de toxicómanos”.
La JIFE, organismo que vigila la aplicación de los tratados y convenciones internacionales, dedicó un apartado en su informe en el que evalúa el cumplimiento de las recomendaciones que envió en 2006 y 2007, a través de misiones, a varios países, entre ellos, Argentina. “La Argentina ha reforzado la coordinación y cooperación en cuestiones policiales entre las autoridades nacionales competentes y otros organismos encargados de la fiscalización de drogas a nivel nacional, así como entre las autoridades nacionales y las provinciales”, dice el texto.
Por otra parte, desde el organismo mostraron su “beneplácito” por las regulaciones del Gobierno en torno de los precursores químicos como la efedrina y la pseudoefedrina, cuyo desvío a México para la fabricación de metaanfetamina quedó al descubierto luego del triple crimen de General Rodríguez. En el informe se detacan “la normalización de las recetas oficiales y la vigilancia de los preparados farmacéuticos que contienen sustancias sometidas a fiscalización internacional”.
También se menciona un programa nacional de detección de posibles irregularidades en el comercio de precursores químicos y la creación de un modelo unificado de recetas oficiales, para prevenir adulteraciones y la falsificación de recetas. Por otra parte, el informe elogia “las medidas para seguir frenando el consumo de anorexígenos (medicamenos para bajar de peso), por ejemplo, reduciendo las necesidades lícitas de esas sustancias en el país y limitando su utilización en preparados ‘magistrales’, que están permitidos por la legislación vigente en la Argentina”.
En otro apartado hay un elogio a la encuesta encargada por la Comisión de Política de Drogas en 2009. Se la consideró “la primera en su especie” en Argentina, por su magnitud. Entre los puntos a mejorar, la JIFE señala “la complilación y el análisis de información, incluida la información sobre la delincuencia relacionada con drogas” y hace especial hincapié en ampliar los centros de atención a los usuarios problemáticos de drogas ilegales “para velar porque todos los sectores de la población tengan acceso a esos servicios, también a nivel provincial”.
El informe de JIFE, cuyo actual titular es Hamid Ghodse, dedica un extenso artículo a denunciar la corrupción imperante en casi todo el mundo, en relación con el control de drogas por parte de los países miembro de la ONU. “Las pingües ganancias generadas por los mercados de drogas ilícitas impulsan el crecimiento de las poderosas organizaciones delictivas, cuyos recursos financieros algunas veces sobrepasan los de las instituciones públicas. Un hecho que no puede pasarse por alto es que la intimidación y la corrupción de los funcionarios públicos facilitan la explotación de esos mercados ilícitos”, escribió Ghodse en el prólogo.
Otra cuestión considerada “acuciante” es la poca disponibilidad de medicamentos que contienen sustancias sometidas a fiscalización internacional en países en vías de desarrollo. Se trata de derivados de analgésicos provenientes del opio, como la morfina, que son utilizados para el tratamiento del dolor intenso. La JIFE también mostró preocupación por las llamadas “drogas de violación”, como el flunitrazepam, y también “las drogas de diseño”. Las instrucciones para elaborar estas últimas, según el informe, “suelen encontrarse fácilmente en Internet”, siendo la mefedrona, un abono para plantas con efectos eufóricos, una de las más vendidas en el mercado negro.
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