El poco novedoso y aún menos exhaustivo informe del Departamento de Estado norteamericano fue criticado ayer duramente por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. El funcionario destacó la paradoja de que, desde ese país, el primer consumidor de cocaína del mundo, se muestre “preocupación” por el supuesto crecimiento de usuarios argentinos. “Nos quieren tildar como la oveja negra de la situación cuando la realidad es que ese número (de 600 mil usuarios argentinos) es el pedacito final que se le cayó a alguno del bolsillo chiquito porque lo otro lo están consumiendo ellos”, dijo Fernández. Desde la oposición se habló de “inacción” del gobierno nacional y se deslizó una supuesta complicidad con el narcotráfico.

El dato que ocupó las primeras planas de algunos medios, el crecimiento del uso de cocaína en la Argentina, ya había sido enunciado el año pasado –tal como señaló Página/12 en la edición de ayer– en el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU y repetido por este mismo organismo el miércoles pasado en un informe difundido simultáneamente en todo el mundo (también publicado por este diario), en el que se elogió lo hecho por el gobierno argentino en la coordinación para la lucha contra el narcotráfico. Esto último fue relativizado un día después en el informe que la DEA le pasó al Departamento de Estado estadounidense.

“Nosotros tenemos los datos de Naciones Unidas, que es quien nos fiscaliza de verdad”, retrucó Fernández al referirse al dato de DEA que afirma que se ubica a la Argentina en el segundo puesto en el consumo de cocaína en América latina, detrás de Brasil. El otro dato fuerte de ese informe es que la DEA “estima” que pasaron 70 toneladas de cocaína de Argentina a Europa. “La frontera con México es la más cuidada pero también la que más consume”, dijo el funcionario. Según la ONU, hay cinco millones de usuarios de cocaína en Estados Unidos.

“Este informe es de la DEA, que si no estuviera en países como los nuestros recabando información, estaría en Illinois dirigiendo el tránsito...”, ironizó Fernández. Y siguió: “El consumo de cocaína y de marihuana ha aumentado en el país respecto de 2005 en el 1,5 por ciento, pero no ha habido un desborde y con esto no busco minimizar el tema ni hacer apología de la droga”. Fernández pidió “no hablar de pico sino hablar con encuestas en la mano” y aseguró que “en Argentina hay 70 o 75 por ciento de consumo social o recreativo, un 20 o 25 de consumo abusivo y un 3, 4 o 5 por ciento de adictos”. E insistió: “Somos lo último del tarro, el resto lo consumen ellos” (por Estados Unidos).

Además, Fernández adelantó que el Gobierno pretende que se trate este año la ley de drogas y se despenalice la tenencia de drogas para consumo personal, en sintonía con el fallo Arriola de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “El tema del uso de la droga debe tratarse como un problema de salud y de derechos humanos”, dijo Fernández y agregó, sobre la lucha contra el narcotráfico: “Lo que pretendemos es ir por todas estas hienas que le venden droga a nuestros pibes”.

Por su parte, el diputado nacional Ricardo Alfonsín, autor de un proyecto de despenalización de la tenencia de drogas para uso personal, aseguró: “Acá decimos: ‘No nos importa si lo dice Estados Unidos’. Acá lo decimos, pero sabemos que nos estamos transformando en un país de alto consumo, incluso de producción”. El precandidato presidencial de la UCR también dijo que “el Gobierno no ha asumido, al igual que con la inflación, la gravedad del problema del narcotráfico”.

Desde el Peronismo Federal, el tema fue abordado por Francisco de Narváez. “El kirchnerismo invitó al narcotráfico a la Argentina”, dijo el diputado, y agregó que esto se debe a las “maniobras” del oficialismo para que no se traten los proyectos para controlar e interceptar los vuelos ilegales y el de blanqueos de capitales. Esta última iniciativa fue impulsada por la Presidenta en su discurso de inauguración de las sesiones del Congreso el martes pasado.

Para la diputada de la Coalición Cívica, Patricia Bullrich, el crecimiento del uso de cocaína se debe a “la inacción y la ausencia total de una política seria de lucha contra el narcotráfico por parte del gobierno nacional”. Según ella, “negando la existencia del problema, el mismo no desaparece”.