SOCIEDAD › EL FRIO Y LA NIEVE COMPLICARON AYER LAS TAREAS DE RESCATE EN LAS ZONAS AFECTADAS POR EL TSUNAMI
La actividad en la capital japonesa bajó, al punto de que el aspecto de la ciudad es el de un domingo. Sólo los supermercados registran una actividad intensa. Hay escasez de alimentos y de combustible. Muchos se fueron al sur del país.
El frío y la nieve se combinaron ayer para sumar dificultades en las tareas de rescates, que llevan a cabo en forma febril soldados y bomberos en las zonas afectadas por el desastre. Ya son 4312 los muertos contabilizados y más de 8 mil las personas que continúan desaparecidas. Además, se registró una nueva réplica, de 6 puntos, en la región de Kanto, a la que pertenece Tokio. La catástrofe, el alerta nuclear y la crisis energética provocaron que muchas fábricas, oficinas y comercios estén cerrados en las regiones afectadas y hasta en Tokio. La vida cambió en la capital del país: entre el descenso de la actividad laboral, la falta de combustible y de transporte, y el éxodo de muchos habitantes, el aspecto de la ciudad es el de un domingo o feriado. Frente al temor de que las radiaciones alcancen a la capital del país, la Cruz Roja japonesa aseguró que Tokio presenta condiciones seguras y sin niveles de radiación que constituyan un riesgo para la salud.
A cinco días del sismo, hay 4312 muertos confirmados, 8606 de-
saparecidos y 2282 heridos, precisó un nuevo balance oficial provisorio difundido por la policía japonesa. Las autoridades aseguraron que en las regiones costeras donde la destrucción por el terremoto es extrema, “comienza ahora la búsqueda de los desaparecidos, por lo que las cifras de víctimas aumentarán invariablemente”.
La llegada de un frente frío y la nieve agudizaron la situación de las víctimas en el nordeste de Japón. Con bajas temperaturas, las fuerzas de rescate continuaban con sus tareas, aunque en muchos lugares aún no pueden actuar porque siguen inundados. En total 80.000 efectivos de los servicios de protección civil operaban, además de la policía y del cuerpo de bomberos, en las áreas afectadas.
En medio de la búsqueda, se registró una nueva réplica de magnitud 6,0, en la región de Kanto, donde se encuentra Tokio, con epicentro a 95 kilómetros al este de la capital. En algunos lugares, comenzaban a escasear los alimentos, hubo cortes de electricidad y de medios de calefacción. Muchas fábricas, oficinas y comercios en el noreste, devastado por la catástrofe, y en la región de Tokio permanecieron cerrados. Sólo en los supermercados se registra una actividad intensa, aunque hay escasez de productos. El oeste y el sur del archipiélago también se ven afectados, pero menos, por los problemas logísticos que dejó el terremoto.
Toyota mantuvo cerradas sus 28 fábricas y no prevé reanudar el ensamblaje de coches antes del 23 de marzo. Sin embargo, anunció que el jueves volverán a funcionar siete fábricas de autopartes, situadas en Toyota City (centro). El gigante electrónico Sony tenía sus puertas cerradas en siete plantas de producción del nordeste y pidió a la mayoría de los empleados de su sede de Tokio que no acudan al trabajo. Otras muchas empresas de la capital hicieron lo mismo. Incluso, muchos de los 35 millones de habitantes de Tokio evitaban acudir al trabajo y desplazarse por las calles. En ese escenario, la Cruz Roja japonesa aseguró que la capital presenta condiciones seguras y sin niveles de radiación que constituyan un riesgo para la salud, según se informó.
La catástrofe también generó cambios en el ritmo de Tokio. Los trenes regionales, que utilizan a diario millones de usuarios, no funcionan con normalidad, aunque se registró una ligera mejora desde el lunes, cuando apenas se cubrió el 20 por ciento del servicio. Similar fue el estado de las líneas del metro en el centro de la ciudad: seguían circulando, pero a un ritmo como de un fin de semana. Los restaurantes estaban prácticamente vacíos y, con la excepción de los supermercados, muchos pequeños comercios cerraron las puertas ante la falta de clientes.
Además, la empresa Tepco, que abastece la región de Tokio y las prefecturas aledañas, mantiene los cortes eléctricos planificados para evitar un apagón repentino a gran escala por falta de producción. En el frente energético, en el este de Tokio, una refinería petrolera de Cosmo Oil, de Chiba, continuaba presa de las llamas, cinco días después del sismo que provocó un incendio en una cuba de almacenamiento de esa instalación, con una capacidad de 220.000 barriles diarios.
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