La policía desbarató una banda cuya especialidad eran las operaciones inmobiliarias: las víctimas eran personas que acababan de vender una propiedad y llevaban consigo el dinero en efectivo. De acuerdo con la investigación, eran marcadas desde la propia inmobiliaria donde hacían la operación, una conocida cadena con sede en San Isidro. Tras una serie de allanamientos, fueron detenidas cuatro personas, entre ellos, un empleado de la firma. Además, hay cuatro prófugos, entre ellos, el hijo del dueño de la inmobiliaria. La banda fue descubierta a partir de escuchas telefónicas, durante la investigación de otro delito.

Las detenciones fueron concretadas por efectivos de la Jefatura Departamental Conurbano Norte en una serie de diez allanamientos llevados a cabo ayer en San Isidro, Vicente López, San Miguel y Moreno. Cinco de los procedimientos fueron realizados en las sucursales que posee la inmobiliaria DIC –tres en el partido de Vicente López y dos en San Isidro–, y el resto se realizaron en los domicilios de los imputados.

La investigación, a cargo del fiscal de Martínez, Gastón Garbus, se inició el 13 de diciembre pasado, tras un robo cometido por boqueteros en la galería Paseo de Alvear, de esa localidad, donde una banda de delincuentes accedió a una casa de ropa, a una de bijouterie y a una joyería, donde violó una caja fuerte y robó siete kilos de oro.

A raíz de una huella digital, identificaron a un miembro de la banda y a partir de la intervención de su línea telefónica, el fiscal y la policía descubrieron que esta misma organización también se dedicaba a cometer todo tipo de asaltos violentos.

En las escuchas, los investigadores descubrieron las conexiones de la banda con un empleado y con el hijo del dueño de la inmobiliaria DIC, que actuaban como “entregadores” de las personas que recibían dinero en efectivo por la venta de propiedades.

Según las fuentes, en la investigación se detectaron al menos tres hechos “entregados” desde la inmobiliaria, de los cuales algunos se concretaron y otros fueron frustrados.

El primero de ellos iba a ocurrir el 7 de febrero último, contra un hombre domiciliado en San Isidro que iba a recibir una importante cantidad de dinero por una operación inmobiliaria. “En las escuchas telefónicas, la banda hablaba de capturar al hombre o secuestrar a su hijo y ante el riesgo que esto implicaba para la víctima decidimos montar un operativo saturación en las inmediaciones del domicilio y así logramos disuadir a los delincuentes, que finalmente no concretaron el robo”, informó una fuente policial. “Los delincuentes estuvieron rondando la casa de la víctima durante cuatro o cinco días, eran seis y tenían armas cortas y largas y varios vehículos”, agregó.

El 1º de marzo fue el turno de una mujer de 55 años domiciliada en la localidad de Carapachay, partido de Vicente López, que acababa de cobrar 50.000 dólares de un boleto de compraventa de una propiedad por una operación realizada en una de las sucursales de DIC. Los delincuentes la asaltaron en su casa, pero finalmente se trató de una tentativa de robo porque no encontraron el dinero.

El 23 de marzo, cuatro delincuentes armados que se movilizaban en dos autos asaltaron frente a su casa de Martínez a un hombre de 71 años que llegaba de cobrar 50.000 dólares de una de las sucursales de la inmobiliaria. “En este caso, le arrebataron un maletín donde sólo llevaba documentación porque el hombre tomó la precaución de darle el dinero a su hijo al intercambiar con él los maletines cuando salieron de la inmobiliaria”, reveló la fuente.

Un cuarto hecho que por las escuchas se le atribuye a la banda ocurrió la madrugada del 26 de marzo pasado en San Antonio de Areco, donde cinco delincuentes ingresaron en la casa de un contratista de 59 años a quien le robaron 10.000 pesos, joyas, cinco celulares, una laptop y una moto marca BMW.

Los voceros identificaron al empleado de la inmobiliaria ya detenido como Sebastián Emiliano Arias (29) y al presunto cabecilla de la banda que cometía los asaltos, también arrestado ayer, como Gustavo Adrián Lucas (34). En el caso de Arias, en su domicilio se secuestraron estupefacientes, ya que, según las escuchas, también se dedicaba a hacer delivery de drogas.

La clave de la causa son las escuchas telefónicas a partir de las cuales también se logró recuperar al principio de la pesquisa, en allanamientos realizados en locales de la calle Libertad de la Capital Federal, parte de las joyas y el oro robados originalmente en la joyería de Martínez.