SOCIEDAD › EN ZURICH RECHAZARON PONER LíMITES A LA EUTANASIA PASIVA
En Suiza la ley permite asistir en forma pasiva para que una persona que lo solicite por su sufrimiento tenga el derecho a morir. En Zurich, dos fuerzas propusieron un plebiscito para anular o modificar la ley. La sociedad rechazó las modificaciones.
Por medio de un plebiscito, la ciudad suiza de Zurich renovó ayer su respaldo a la asistencia para una muerte digna, inclusive para los no residentes que deseen recibir ayuda para morir en el país. Un 80 por ciento de los ciudadanos eligió mantener la norma vigente y rechazar otras dos nuevas propuestas que proponían admitir la asistencia sólo a los residentes del cantón o prohibir en forma universal. A pesar de que la consulta sólo se realizaba en el cantón de Zurich, su resultado tendría impacto a nivel federal.
Los pobladores se pronunciaron ayer sobre la muerte asistida en forma pasiva. Una de las propuestas, de la Unión Democrática Federal (UDF, democristiana), exigía al Parlamento que defina como ilegítima toda forma de instigación o de ayuda al suicidio, mientras que la otra, del Partido Evangélico (protestante), pedía que la ayuda sea autorizada sólo para quienes residen en Zurich desde hace al menos un año. De modo que pretendía evitar que ciudadanos de otros cantones, o personas llegadas del extranjero recurrieran a los servicios de las asociaciones implantadas en esa ciudad.
La primera de las consultas, que buscaba la prohibición total del suicidio asistido a nivel federal, sólo obtuvo un 15 por ciento de apoyo, de acuerdo con las proyecciones difundidas por la Télévision Suisse Romande (TSR). El otro proyecto, bajo el slogan “No al turismo de la muerte en el cantón de Zurich”, también fue rechazado, aunque logró un 22 por ciento de aceptación. Ninguna de las dos iniciativas contaba con apoyo de los demás partidos políticos suizos, pero lo que se da por sentado que la propuesta de prohibir totalmente la ayuda para alcanzar una muerte digna no tendría éxito.
En la legislación vigente en Suiza, la asistencia a una muerte digna no está prohibida, siempre que quien la lleve a cabo no obtenga ninguna ventaja del hecho y su ayuda sea sólo pasiva: se puede procurar a la persona interesada los medios, pero no ayudarla a hacerlo. Sin embargo, no se permite la eutanasia activa, es decir, que un médico administre directamente un preparado mortal al enfermo. La mayoría de los pobladores eligió continuar con la legislación y rechazar las otras propuestas lanzadas por la Unión Democrática Federal (UDF), que combate la práctica del suicidio asistido desde su creación en 1975.
Desde hace unos diez años, el Consejo Federal, el Parlamento y numerosos expertos tratan de reglamentar más estrictamente la ayuda a una muerte digna, sin que hasta el momento se haya podido llegar a ninguna solución. El Consejo tiene previsto presentar un proyecto de ley al Parlamento el próximo verano, por lo que el rechazo de ayer deberá ser tomado en cuenta.
En el país existen dos organizaciones sin fines de lucro, Exit y Dignitas, que se ocupan de asistir a quienes quieren recibir una muerte digna, a las que recurren numerosos extranjeros, en cuyos países de origen está prohibido por la ley. En 10 años de actividad, Dignitas ayudó a más de mil personas a alcanzar una muerte digna, entre ellas 592 alemanes, 118 suizos, 102 franceses, 19 italianos, 18 estadounidenses y 16 españoles.
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