Vie 27.05.2011

SOCIEDAD  › ENTREVISTA A MABEL BIANCO

Avances y pendientes

› Por Mariana Carbajal

“Estamos mucho mejor. Hemos avanzado en legislación, pero a la vez hay obstáculos en su cumplimiento: todavía hay médicos que se niegan a colocar un DIU. Y tenemos más de un centenar de muertes evitables por abortos inseguros y miles de mujeres que cada año quedan con secuelas gravísimas, arruinadas, por esa causa.” Así resumió Mabel Bianco, presidenta de la Fundación Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM), su visión sobre la situación de la salud sexual y reproductiva en el país, en vísperas del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres que se celebra mañana con diversas actividades. Bianco es parte del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales (Conders) que conforman diversas ONG, y que se dedican a monitorear la atención de la salud sexual en las distintas provincias.

–¿Qué le parece la línea gratuita de salud sexual?

–Es muy bueno que haya un 0800. Desde el Conders la habíamos recomendado.

–¿Cuál es su balance en relación con el acceso a salud sexual y reproductiva?

–El Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable se ha ido consolidando. En los últimos años se han aprobado leyes muy importantes que lo complementan, como la de Educación Sexual Integral y la de Anticoncepción Quirúrgica. También se incorporó la anticoncepción hormonal de emergencia entre los métodos que se distribuyen gratuitamente. Eso es muy positivo.

–¿Se siguen detectando trabas para el acceso a la colocación de DIU o a una ligadura de trompas de Falopio, como se denunciaba poco tiempo atrás en algunas jurisdicciones?

–Persisten los obstáculos. Tenemos leyes muy buenas, pero sabemos que hay obstáculos en diversos sitios del país. En primer lugar, porque en algunas provincias directamente plantean objeciones al cumplimiento de las leyes las mismas autoridades gubernamentales. Una segunda dificultad, que es una debilidad del Programa, es la insuficiente capacitación del personal de las áreas de salud, tanto de los médicos como de otros profesionales. Hay gran ignorancia: por ejemplo, médicos que siguen pensando erróneamente que el DIU o la anticoncepción hormonal de emergencia son abortivos y no los ofrecen a las mujeres. También hay desconocimiento con relación a cuándo indicar cada tipo de método. Hay mucha heterogeneidad en la aplicación de las normas de salud sexual y reproductiva.

–¿Todavía hay médicos que toman decisiones sobre anticonceptivos haciendo primar sus creencias religiosas por sobre las indicaciones de la ley?

–Sí, pero creo que es mayor el desconocimiento o el temor a ser denunciados. Hay una resolución ministerial que establece cómo debe ser la atención de una mujer que fue intervenida postaborto. Desde el Conders hemos monitoreado que muchos profesionales no la conocen. No saben, por ejemplo, que la mujer tiene que dejar el hospital con un método anticonceptivo para evitar que repita un embarazo no deseado. Otro problema es la atención del aborto no punible: como no hay una resolución del ministro que avale la Guía Técnica, que fija el procedimiento en esos casos, los médicos no quieren hacerlos. “Después me van a hacer un juicio a mí”, dicen.

–¿Qué debería hacer en ese tema el Ministerio de Salud?

–Se lo acaba de decir el Comité de Derechos Humanos de la ONU, en su reciente condena al Estado argentino por el caso L.M.R. Debe darle jerarquía de resolución a esa Guía y difundirla. Basta de silencio y de no hablar de los abortos no punibles. Sería muy bueno que el Gobierno diera una señal. Y creo que además el Congreso tiene que avanzar con la despenalización del aborto. El otro problema es que la educación sexual integral no llega efectivamente a todas las aulas todavía, y por eso se siguen extendiendo los casos de sida.

–El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, rechazó los contenidos de una revista del Ministerio de Educación dirigida a los padres y madres con consejos sobre cómo hablar de educación sexual integral con sus hijos, porque recomienda el uso del condón entre los adolescentes.

–Ya lo conocemos a monseñor Aguer. El Estado tiene que brindar educación para todos, después cada uno tomará sus decisiones en materia de sexualidad de acuerdo con sus creencias religiosas personales. El Estado no puede dejar de decir que el preservativo es el único método seguro para la prevención del VIH y que incluso se debe usar en las relaciones orales, donde el riesgo de infección es mayor para las mujeres.

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