Mar 07.06.2011

SOCIEDAD  › PRESOS DE UN PENAL MENDOCINO SE AMOTINARON PARA SER TRASLADADOS

Más que motín, piden clemencia

El moderno penal Almafuerte, en la localidad de Cacheuta, está 30 kilómetros desierto adentro. Los ocho presos que se amotinaron viven 21 de las 24 horas encerrados sin ver la luz. La negociación fue pacífica y finalmente los ocho fueron trasladados.

› Por Horacio Cecchi

Un motín en el penal Almafuerte, en Cacheuta, Mendoza, fue resuelto con criterios humanos, o sea, sin víctimas ni violencia, después de negociar durante más de 20 horas con ocho internos del Módulo 5, Ala 1, que mantenían como rehenes a seis guardias penitenciarios. El reclamo de los internos, catalogados por las autoridades penitenciarias mendocinas como de máxima peligrosidad, consistía en que fueran trasladados de la moderna cárcel de Cacheuta al anexo San Felipe de la Penitenciaría de Mendoza, en la capital provincial. Lo que no fue resuelto es lo que motivó el reclamo de traslado: los internos, con largas condenas, tienen la oscura perspectiva de pasar 21 horas diarias en la celda en lugares de muy difícil acceso para sus familias.

El motín fue iniciado alrededor de las 17, cuando se habían retirado las visitas y los internos regresaban a sus celdas. Almafuerte está dividido en cinco módulos separados, con cuatro alas cada uno, en forma de cruz. Las celdas pueden mantener hasta tres internos, pero en el Módulo 5, catalogado como de máxima peligrosidad por las autoridades, las celdas alojan a un preso cada una. El Módulo 5 aloja 38 de los 720 internos del penal. En el Ala 1, son 13 los internos. Ocho de ellos, al regresar de las visitas, tomaron como rehenes a cuatro de los guardias de seguridad y a otros dos que acompañaban el regreso.

“Hasta la 1.30 no se recibió ningún petitorio en concreto –dijo a Página/12 un funcionario del gobierno mendocino–. A esa hora hicieron un petitorio con temas imposibles como modificación de leyes nacionales o presencia de cámaras que después no requirieron.” Lo que quedó claro es que de todos los pedidos que el gobierno mendocino pudo cumplir, sólo aceptaron recibir el de los traslados. A las 14, primero dos y luego los restantes rehenes fueron liberados. La conclusión en los pasillos ministeriales fue que lo que movió el motín fue el reclamo de traslado. Finalmente, los ocho internos fueron trasladados al anexo San Felipe, el mismo que cobró fama en febrero con el video en que torturaban a dos presos. El anexo San Felipe está junto a la cárcel argentina que llevó al país ante los tribunales internacionales y fue construido para descomprimir la tremenda situación por la que pasan sus internos.

Hoy, las autoridades se reunirán para determinar las causas del motín. Parece difícil tolerar que en una cárcel considerada de fuga imposible se dispare un motín. La lupa, una vez más, será puesta lejos de las causas profundas: en las fallas de seguridad y en un approach psicológico por el encierro permanente, lo mismo que ajustar el cinturón para suponer que se adelgaza. No está claro que se analice la salida más económica y (por lo general es así) más humana: la de revisar la cantidad de horas que los internos pasan sin ver la luz.

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