Un cardiólogo amigo de Carlos Carrascosa, una operadora de Paramedic y el ex gerente del country Carmel declararon ayer en una nueva jornada del juicio al resto de los acusados por encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce. A la cita faltaron tres vigiladores: uno de ellos no pudo ser ubicado, otro presentó un certificado de enfermedad y el tercero será citado mañana. Las declaraciones en la jornada volvieron a contrastar con la historia que sostiene a rajatabla la familia, la de los grifos asesinos, pese a que incluso el cardiólogo Jorge González Zuelgaray defendió la inocencia de Carrascosa en su declaración.

El cardiólogo sostuvo que “me estaba bañando cuando me llamó el señor Guillermo Bártoli. Lo saludé pensando que era un llamado normal y me dijo que María Marta había tenido un accidente, que se había golpeado y me

dijo que la llevaban al (hospital) Austral para que yo haga alguna organización previa”. Zuelgaray recordó durante su testimonio que le había comentado a un médico amigo que “a mí me resultaba raro que una amiga había tenido un accidente en la bañera y se había muerto. Alguien que cae de su propia altura termina con un traumatismo de cráneo, un hematoma, pero llegar a la muerte es algo infrecuente”.

La operadora de Paramedic, María José Trucci, dijo que “nos pareció sospechoso que una pérdida de conciencia termine siendo una fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica. Era raro, comentamos en broma cuántos pisos tenía la bañadera. Tenía que haber sido una caída en altura”. Por su parte, la declaración de Julio Terán, entonces gerente del Carmel, no aportó muchos datos.

Otro impacto a la defensa es el resultado negativo de la pericia a la mucama de los Bártoli, Catalina Vargas, quien podrá continuar su declaración. Para hoy se aguarda el testimonio de la masajista, Beatriz Michelini, que pidió declarar. Fue la primera persona ajena a la familia que llegó al lugar y colaboró con los supuestos intentos de resucitación.