SOCIEDAD › EN BARRIOS PERIFéRICOS DE VILLA LA ANGOSTURA
Aunque ya no caen cenizas, persiste el riesgo por la acumulación de material volcánico en el Cerro Bayo, que puede convertirse en avalancha. Mucha gente no quiere ser desalojada.
Gracias a un clima favorable y al cese de la emisión de cenizas del volcán Puyehue, los habitantes de Villa La Angostura pudieron encarar ayer tareas de limpieza de calles y habilitación de vías de transporte, tras acumular, según su gobierno, “4,5 millones de metros cúbicos” de arena volcánica. “En los últimos dos días tuvimos un buen panorama”, le dijo a Página/12 el secretario de Gobierno local, Ariel Domínguez. La contracara a estos datos positivos es que se temen posibles aludes en barrios asentados al pie del Cerro Bayo. “Ya dimos aviso para que la gente dejara sus casas, pero muchos no quieren hacerlo”, afirmó el funcionario. A causa de la caída de ceniza y nieve en los últimos días, se ha formado un endeble dique natural en el cerro, que acumula materia boscosa, agua y arena, con riesgo de que ese material caiga de forma repentina, por ejemplo, sobre las viviendas del barrio Las Piedritas. Las tareas para desarticular la represa “son muy difíciles”, por ser una zona de dificultoso acceso, situación que se agrava por los fenómenos naturales ocurridos de las últimas semanas, explicó Domínguez.
Para graficar el cambio de situación respecto de los primeros días en que las cenizas invadieron la zona, Domínguez presentó algunas cifras. “El volcán en las primeras jornadas expedía 100 millones de metros cúbicos de material por día, y estos últimos días estaba en tres millones. Mientras que en las primeras horas de actividad se registraban 240 sismos por minuto, se pasó a cinco o seis y de menor magnitud” en el mismo lapso. En la misma línea, la autoridad celebró que al menos el domingo y ayer “hubo cielo despejado”. No obstante, dijo que “ante lo imprevisible” de la actividad volcánica, mantendrán el alerta rojo.
Gracias a la merma en la caída de cenizas, desde el municipio se encaró en los últimos dos días la tarea de liberar las calles de material volcánico y, consecuentemente, rehabilitar el tránsito. “Comenzamos por la zona céntrica y luego nos expandimos hacia el resto de los barrios”, indicó Domínguez. Según calculan desde el Ejecutivo local, quedaron acumulados “entre 25 y 30 centímetros” de cenizas sobre el suelo, y cerca de “cuatro millones y medio de metros cúbicos” en toda la ciudad. Además de despejar las vías de transporte al interior de Villa La Angostura, se comenzaron a realizar trabajos para “recuperar la plena conectividad con Bariloche en la ruta 231”.
Un problema urgente que preocupa a las autoridades es el caso de las casas que se encuentran con riesgo de sufrir lahares, especie de avalanchas compuestas de nieve, cenizas y material boscoso. Un caso concreto es el del barrio Las Piedritas, situado al pie del Cerro Bayo, que está en una “situación muy riesgosa”. A unos 1500 metros de ese vecindario, montaña arriba, se formó un dique natural donde convergen los cauces de los ríos Bonito y Colorado, y el municipio “advirtió a los pobladores sobre la posibilidad del desborde”. “Se avisó por los medios de comunicación y se ratificó vivienda por vivienda que debían dejar las casas”, enfatizó el funcionario. Para quienes no dispongan de un sitio donde alojarse, el municipio dispuso cuatro centros para evacuar a 350 personas, que “prácticamente no fueron utilizados”.
Ana Andrade es vecina del barrio El Mallín, alejado unas veinte cuadras de Las Piedritas, pero allí viven sus primas y tías. La mujer estuvo en el vecindario en riesgo ayer para colaborar con la mudanza de sus familiares que, temporalmente, dejaron sus casas. Según calculó Andrade, de las “cincuenta familias” que habitan Las Piedritas “un 40 por ciento debe haberse ido, sobre todo a casas de parientes”. De todas formas, “hay mucha gente que no se quiere ir y que están tranquilos”. Preocupada, la mujer planteó: “El alud no te da tiempo a disparar”.
Además, en las proximidades de Las Piedritas, se encuentra “toda la maquinaria que brinda electricidad” a Villa La Angostura. Sobre el riesgo que corre esa base eléctrica, Domínguez sostuvo que “no está demasiado expuesta”, pero que por precaución “se trabaja en la posibilidad de que operen equipos alternativos”.
Por ahora, desde el Ejecutivo local avisaron que “es muy difícil trabajar para descomprimir” la acumulación de agua y material boscoso en el dique que se formó. Según describieron tanto la mujer como el funcionario, no hay camino para llegar con máquinas, ya que las sendas son muy angostas, por lo que se trabaja de forma manual. A eso se suma que “las actuales condiciones del terreno no ayudan”, dijo el secretario.
Por último, Domínguez relevó que la ciudad cuenta con servicio de agua y gas de forma normal, sumado a la entrega de agua potable en forma extra, y que “el mayor problema” se presenta con la energía eléctrica. “Estamos con un abastecimiento de electricidad de alrededor del 75 por ciento”, señaló.
Informe: Leonardo Rossi.
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