Dom 28.08.2011

SOCIEDAD  › MUERTES, CORTES DE LUZ, PARALISIS URBANA

Y la Tierra se detuvo

Irene tocó tierra en Carolina del Norte, en medio de una evacuación masiva y el cierre total de actividades en la costa. Manhattan quedó cortada del mundo.

Con ocho muertos, centenares de miles de cortes de luz en áreas de la costa y una parálisis total del tránsito y la economía en la región más poblada de Estados Unidos, el huracán Irene tocó tierra ayer. “Estas serán 72 horas muy largas y muchas familias se verán afectadas”, dijo el presidente Barack Obama, que se involucró personalmente en las órdenes de evacuación de casi dos millones de personas.

Florida y los estados del sur se vieron afectados por lo que fue una fortísima tormenta tropical llegada desde el mar que levantó olas de hasta cuatro metros. Pero con las primeras luces Irene tocó tierra en Cape Lookout, en Carolina del Norte, más débil pero todavía un huracán de clase uno en la escala Saffir-Simpson, que llega hasta cinco. Con rachas de hasta 150 kilómetros por hora que levantaban oleajes, la tormenta se abatió sobre las casas y pueblos de la costa.

Ahí se produjeron las primeras tres muertes. Según las autoridades de Carolina, un hombre tuvo un ataque al corazón, otro fue aplastado por una gruesa rama y un tercero patinó con el coche y se estrelló contra un árbol. Un cuarto vecino sigue de-saparecido, al parecer ahogado en un río cerca de la desembocadura, en New Hannover. Más tarde se informó de la muerte de un chico en otro choque causado por fallas en los semáforos, y de otro de once años también aplastado por un árbol. La policía del estado contó dos muertes más de adultos, pero no especificó si se deben a Irene. En Florida comunicaron una muerte por imprudencia, la de un surfista que quiso disfrutar del fuerte oleaje en la playa de New Smyrna y se ahogó.

Los grandes conglomerados urbanos vieron escenas de compras compulsivas, largas colas para acceder a refugios en zonas altas e inmensas columnas de tránsito tierra adentro. En el estado de Nueva Jersey se evacuaron un millón de personas, mientras que en Nueva York se ordenó el movimiento de 370.000, aunque no todas obedecieron. Un total de diez estados quedaron bajo “situación de excepción”, con lo que FEMA pudo movilizar recursos junto al ejército y las Guardias Nacionales locales.

En la ciudad de Nueva York se suspendió el transporte público al final de la tarde y los vagones de subte fueron llevados a túneles que, se calcula, no se inundan. El intendente Michael Bloomberg anunció que las compañías de electricidad iban a realizar cortes de luz a medida que detectaran que las cámaras y los conductos de cables se inundaran, y habían movilizado a 2500 trabajadores para esa tarea. Bloomberg alertó que esto hacía posible que gente que vive en pisos altos quedara aislada. También avisó que Manhattan iba a cerrarse al mundo, ya que los túneles podían inundarse y los puentes eran un peligro para automovilistas y peatones por los fuertes vientos. El intendente fue duro con los que no obedezcan la orden de evacuar y dijo que no irán a arrestarlos, pero tampoco irán cuando pidan socorro: “No tenemos los recursos para hacerlo”.

Trenes, aviones y ómnibus dejaron de circular ayer y no habrá ningún transporte público hasta por lo menos el lunes, ya que se espera que la ciudad sienta la fuerza de la tormenta en pleno hoy, domingo.

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