Uno de los oficiales que participaba en los operativos del caso Candela fue detenido y trasladado a Merlo. El motivo no tiene que ver directamente con el crimen. Junto a otros tres colegas uniformados, también detenidos, el oficial inspector Fabián Oviedo fue acusado de aplicar torturas a tres jóvenes en la comisaría 6ª de Mariano Acosta (Merlo) en agosto del año pasado. En torno del caso ya están apresados desde el año pasado cinco ex bonaerenses de esa seccional, incluido un subcomisario.

Esos policías están detenidos por secuestro, torturas y asesinato de Fabián Gorosito, a quien uno de los acusados buscaba (no está claro si por creer que había robado su casa o por ver cada tanto a su mujer). Una semana antes de ese hecho, un grupo de la 6ª, buscando a Gorosito, levantó de la calle a tres amigos del buscado, dos hermanos y un tercero que a la vieja usanza fue secuestrado de su propia casa. Los molieron a palos y uno de ellos perdió varios dientes luego de golpear su rostro repetidas veces contra los nudillos de la realidad policial.

Según la denuncia que investiga la fiscal Nº 4 de Morón, Valeria Courtado, entre el 7 y el 8 de agosto de 2010, al menos cuatro bonaerenses detuvieron sin motivo (legal) en una calle de Mariano Acosta a dos hermanos y a un amigo que, pese a entrar en su casa para protegerse, fue sacado de las pestañas apelando al sistema de allanamiento después-pido-la-orden. La característica que unía a los tres detenidos es que eran amigos de Fabián Gorosito. A Gorosito lo buscaban porque suponían que había robado la casa del jefe de la guardia Fabián Giménez, o bien porque estimaban que tuvo algunos escarceos con su esposa, según denuncia del abogado de la familia de Gorosito, Silvio Alfonzo.

A Gorosito lo encontraron la semana siguiente, muerto, apaleado, asfixiado luego de que le aplastaran la cabeza con el pie en un zanjón con barro. Por el caso fueron procesados y detenidos ocho policías, de los cuales dos recuperaron la libertad pero siguen procesados.