SOCIEDAD
› CONZI LE DIJO AL FISCAL QUE FUE DIOS QUIEN LE AVISO DEL HECHO
La estrategia de responder delirios
El empresario declaró ante los fiscales con su habitual tono místico. Dijo que de la muerte de Schenone se enteró por Dios, insistió en su inocencia y pidió careos con quienes lo acusan.
› Por Carlos Rodríguez
“Soy inocente”, fue lo único concreto que dijo Horacio Conzi sobre la acusación en su contra por el asesinato de Marcos Schenone, de 23 años. Después completó dos horas de indagatoria hablando de temas religiosos, en su tono de predicador convencido, y adjudicó a fuentes divinas el mensaje que lo llevó a escapar de la Justicia y permanecer prófugo durante 57 días. “Me lo contó Dios”, fue la respuesta que dio cuando el fiscal de la causa, Mario Kohan, quiso saber “quién le dio la noticia sobre lo que había ocurrido” con Schenone, habida cuenta de que él aseguró desconocer el hecho hasta días después, en algún momento de su larga desaparición. Como había adelantado Fernando Burlando, uno de sus abogados, Conzi sostuvo que cuando ocurrió el crimen, a las 4 de la madrugada del 16 de enero, él se encontraba en el restaurante Dallas y no en la zona de Béccar (ver aparte), donde ocurrieron los hechos. Horacio Conzi ofreció testigos que confirmarían su versión y pidió careos con las 11 personas que fundamentaron la acusación por homicidio que pesa en su contra.
“El fiscal Kohan tenía 200 preguntas para formular, pero sólo pudo hacer un par. Conzi se declaró inocente y pidió varios careos, pero se negó a declarar sobre la acusación propiamente dicha. Las 14 carillas que tiene la declaración se llenaron con las cuestiones formales y con una serie de citas religiosas que hizo el imputado”, informó a Página/12 una fuente de la investigación. La indagatoria se desarrolló entre las 17 y las 19. Durante la mayor parte, Conzi se dedicó a realizar un tedioso relato, salpicado con citas bíblicas, acerca de los días en los que fue el hombre más buscado de la Argentina.
Al salir de los tribunales de San Isidro, Burlando estimó que de ahora en más “la verdad va a salir sola”, dando a entender que su defendido podría demostrar su inocencia. Hasta ahora, 11 testigos le han dado forma a una acusación contundente en la que Conzi aparece como el único acusado, aunque se cree posible que otra persona lo haya acompañado en la Grand Cherokee durante el ataque contra el remise Ford Galaxy donde iba Marcos Schenone con tres amigos y el chofer del auto. “¿Por qué no se entregó si era inocente?”, le preguntaron los periodistas al abogado defensor.
Burlando sostuvo que Conzi “tenía temor de ser víctima de un complot” y confirmó que su representado pidió ser careado “con todos los que lo acusan”. Ahora el fiscal Kohan analizará “si esa solicitud tiene alguna trascendencia para la causa y expresará su opinión”, anticipó la fuente judicial. La fiscalía tiene 15 días para elevar al juez de la causa, Orlando Díaz, los fundamentos de la acusación. También pueden pedir otros 15 días más de plazo, de ser necesario. Se descuenta, como ya habían adelantado fuentes judiciales, que los fiscales Kohan y Hernán Collantes pedirán la prisión preventiva de Conzi.
“Tenemos que conocer a fondo la acusación”, se limitó a decir Burlando. Respecto de las pericias que determinaron que al menos cuatro de los 14 disparos que impactaron contra el remise partieron de una pistola 9 milímetros propiedad de Horacio Conzi, el abogado dijo que pedirán nuevas pericias “esta vez con intervención de un experto designado por nosotros”. Las dos pericias realizadas fueron hechas por personal especializado de la Oficina Pericial de La Plata y de la Policía Científica de San Isidro.
“Todo fue una trampa. Desde hoy se empieza a investigar y se va a saber toda la verdad”, fue el mensaje final de Conzi a los periodistas, cuando lo sacaban de los tribunales en un coche de color blanco escoltado por cinco móviles policiales.
“Esa noche estuve en Dallas con unos amigos. Soy inocente, no tengo nada que ver con esto”, fue lo único concreto que dijo Conzi. Todo lo contrario afirmaron ante la Justicia Paula Alonso (22 años), Gisella Garavetta (22), y Gustavo Pacheco (31), las tres personas que la noche del crimen estuvieron en Dallas con el joven Marcos Schenone. Sus dichos fueron corroborados por el chofer del remise, Rodolfo Fernández (63). En cuanto a lo que afirmó Conzi sobre su permanencia en Dallas, esto contrasta con loque han declarado cuatro empleados del restaurante propiedad de los Conzi. Algunos dijeron que lo vieron salir o que supieron de los preparativos para poner en marcha la Grand Cherokee. Otros hablaron de su mal genio y del problema que había tenido con Marcos, por celos, ya que el joven estaba con una chica –sería Gisella– a la que él pretendía.
Además de los testigos y de la identificación del arma utilizada, los fiscales tienen pruebas de que la Cherokee fue reparada luego del roce que sufrió con el Galaxy. Los fiscales tenían el testimonio de dos personas que presenciaron el incidente en el que murió Schenone y hasta encontraron el taller donde fue reparada la camioneta. Sin embargo, Burlando dice tener otros testigos que afirmarían que el auto en el que iba el agresor era “parecido, pero no igual” a la camioneta propiedad de Conzi. La hora de la verdad está cerca, como dijo Burlando, y por lo que se desprende de la causa misma, la situación de Horacio Conzi no parece ser cómoda.
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