SOCIEDAD
› UN 71% DE LA GENTE, A FAVOR DEL ANTICONCEPTIVO DE EMERGENCIA
Para poder responder el día después
Según una encuesta del ISPM, la mayoría de la población cree que la píldora del día después debería entregarse en los hospitales. Sólo un 4 por ciento opina que debe prohibirse.
› Por Mariana Carbajal
La amplia mayoría de la población reclama que la llamada píldora del día después se distribuya gratuitamente en los hospitales públicos, y apenas una porción insignificante considera que su venta debería prohibirse. Los datos surgen del primer estudio nacional de opinión pública sobre anticoncepción de emergencia que hoy presentará el Instituto Social y Político de la Mujer (ISPM). Llamativamente, sólo el 5 por ciento de las personas que la conocen supo de su existencia por un médico, lo que muestra que este método, para evitar un embarazo luego de una violación, o cuando no se utilizó anticonceptivo o la protección falló, no se suele recomendar en los consultorios públicos ni privados. La mayoría lo descubrió a través de la televisión o por comentarios de amigos y conocidos.
La encuesta fue realizada por la consultora Mori Argentina en grandes y medianos centros urbanos del país. En total fueron 1025 entrevistas a mayores de 18 años (63 por ciento mujeres) de la Capital Federal, el Gran Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Rosario, Resistencia, Bahía Blanca, Reconquista, San Luis, San Rafael y San Juan.
El relevamiento encontró bastante desconocimiento y confusión sobre la anticoncepción de emergencia (AE), particularmente sobre su mecanismo de acción y sus efectos colaterales, y detectó que los sectores sociales más bajos tienen menos información sobre la píldora. Pero una vez que se explicó en detalle cómo actúa realmente y para qué sirve, el 71 por ciento de los encuestados consideró que debería distribuirse gratuitamente en hospitales y obras sociales. Sólo el 4 por ciento opinó que tendría que prohibirse su comercialización, como pretendió hacer la Corte Suprema de Justicia un año atrás con su fallido fallo del 5 de marzo de 2001, en el que se hizo eco de un reclamo de una entidad civil vinculada a la Iglesia Católica que pidió sacarlo de la venta por considerarlo, erróneamente, abortivo.
“Paradójicamente, la polémica que desató la sentencia de la Corte favoreció la difusión de la anticoncepción de emergencia”, señaló María José Lubertino, titular del ISPM, que encargó la encuesta como paso previo para al lanzamiento de una campaña que apunte a esclarecer a la opinión pública sobre las características de este método.
Ante la pregunta sobre si escuchó hablar de la píldora del día después, 55 por ciento de los encuestados respondió afirmativamente. Pero en los sectores ABC1 ese porcentaje se elevó al 74 por ciento y se redujo al 37 por ciento entre la población más pobre. Sin embargo, muchos de los que dicen conocer el método, no saben cómo definirlo y más de la mitad cree que es abortivo, cuando en realidad no hay ninguna evidencia científica de que tenga efectos posteriores a la fecundación. No obstante, aunque existe esa creencia, más de un tercio estaría dispuesto a usarlo en caso de una emergencia y algo menos de la mitad lo recomendaría. La predisposición al uso aumenta significativamente a medida que aumenta el nivel socioeconómico y que disminuye la edad de los entrevistados.
Los datos de la encuesta serán presentados hoy a las 18 en el Teatro del Pueblo, en un acto que contará con la presencia de autoridades del Ministerio de Salud y de la médica Eugenia Trumper, responsable del Programa de Salud Reproductiva del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Las píldoras de AE deben ser utilizadas dentro de las 72 horas de haberse mantenido una relación sin protección. Reducen el riesgo de embarazo en un 75 por ciento. Es un método sólo para casos de emergencia. Su principal compuesto es el levonorgestrel, una hormona que interfiere con dos procesos que son previos a la fecundación: el ovulatorio y la migración de los espermatozoides. Pero no hay ninguna evidencia de que actúe sobre procesos posteriores. Los estudios que se han hecho buscando si hay alguna alteración en el endometrio que pudiera interferir con laimplantación del huevo no han dado evidencias. No tienen efectos colaterales graves.
“Lo único que garantiza que no haya retrocesos en el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos es que la gente esté muy informada y pueda demandar por sus derechos. Por eso vamos a hacer una campaña de información sobre este método”, señalo Lubertino y agregó: “Los sectores conservadores hay creado imaginarios atemorizantes cuando está en juego la posibilidad de decidir de las mujeres. Hay que bajar a un lenguaje muy llano cómo funciona la anticoncepción de emergencia y explicar científicamente que no es abortiva en ningún caso”.
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