“Es urgente dar información veraz y resaltar que se trata de un método de emergencia”, advirtió la médica epidemióloga Mabel Bianco, directora de la Fundación para Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM). “Habría que hacer más docencia sobre el tema, particularmente entre los médicos. La píldora del día después debería estar en guardias médicas para ser prescripta especialmente en casos de violación”, consideró Eugenia Trumper, titular del Programa de Procreación Responsable del gobierno porteño, luego de conocer los resultados de la encuesta encargada por el Instituto Social y Político de la Mujer (ISPM).
El relevamiento detectó que es un método poco difundido por los ginecólogos entre sus pacientes, a pesar de que no es nuevo. Hace más de 20 años se conoce el método Yuzpe, que obtiene el mismo efecto que la llamada píldora del día después y consiste en la ingestión de una determinada cantidad de pastillas anticonceptivas tradicionales dentro de las 72 horas de producido el acto sexual sin protección. La píldora del día después, en tanto, se vende en el país hace más de cuatro años bajo distintos nombres comerciales, uno de ellos es Inmediat N.
“Es preocupante que no sean los médicos los que están informando sobre la píldora”, consideró María José Lubertino, titular del ISPM. “Es cierto que los médicos lo proponen muy poco como método. Todavía está flotando en el ambiente cierta confusión y falta información”, agregó Trumper, quien tomó la decisión –tal como ya informó Página/12– de que la anticoncepción de emergencia esté presente en los hospitales porteños. Según sus cálculos, en dos meses –cuando se cumplan los trámites para su compra– estaría disponible. “La gente lo ve como algo medio clandestino. Se sabe poco y lo poco que circula se mezcla con aquel fallo de la Corte que intentó prohibirlo”, evaluó Bianco.