SOCIEDAD › DETIENEN LA DEMOLICIóN Y REMUEVEN ESCOMBROS EN FORMA MANUAL
La demolición del edifico afectado por el derrumbe se detuvo y comenzó la búsqueda de un hombre de 74 años cuya desaparición se denunció el domingo. El lunes, el ministro Montenegro reconoció que lo buscaban a través de imágenes de cámaras.
› Por Carlos Rodríguez
“No estamos demoliendo, estamos retirando escombros en forma manual buscando a una persona”, le dijo ayer a Página/12 el director de Defensa Civil, Daniel Russo. El domingo, como fue público y notorio, había comenzado la tarea de demolición de lo que había quedado en pie de los sectores “C” y “B” del edificio de Bartolomé Mitre 1232, tal como lo habían anunciado el día anterior los propios funcionarios del gobierno porteño. Ayer, en cambio, se dijo que sólo estaban “trabajando los bomberos removiendo escombros con la ayuda de perros adiestrados”, para tratar de encontrar a Isidoro Madueña Rubio, de 74 años, el hombre que vivía en el departamento 3º “B” cuya desaparición fue denunciada el fin de semana por su familia. “Se está diciendo cualquier cosa. Ustedes, como periodistas, tienen que saber que hay una diferencia entre remover escombros y demoler”, insistió Russo durante el diálogo con este diario, mientras se encontraba en el lugar del derrumbe. El sábado los funcionarios porteños habían hablado en forma concreta de “desmontar el edificio” y eso es lo que se había comenzado a hacer el domingo, con la ayuda de dos enormes grúas que ahora han sido silenciadas.
Algunas versiones señalaron ayer que la demolición de la que ahora no quieren hablar los funcionarios porteños había sido suspendida “por orden” del juez Guillermo Rongo, a cargo de la causa que investiga la fiscal Bettina Vota. El dato no pudo ser confirmado a través del juzgado y voceros del Ministerio de Seguridad porteño aseguraron que “nunca hubo ninguna orden judicial”. La fuente insistió en que “los bomberos de la Policía Federal, a partir de la denuncia pública (y judicial) que se hizo, están buscando al hombre desaparecido”. El vocero sostuvo que “no hubo demolición de lo que queda del edificio, sino que se tiraron abajo algunos sectores que podían desprenderse en forma espontánea y poner en peligro a las personas que están realizando la búsqueda”.
Anoche se dijo que los perros adiestrados habían “marcado un lugar preciso donde se están removiendo los escombros con la mano o en forma muy cuidadosa con una pala mecánica, para retirar los escombros y tratar de llegar a ese sitio” señalado por los canes. “Los escombros se están sacando con baldes que pasan de mano en mano”, describió la fuente. El titular de Defensa Civil dijo ayer que “ya se permitió el acceso a las personas que estaban en edificios linderos, para que retiraran sus pertenencias. Todavía no se autorizó a los que viven en los edificios que comparten la medianera y en los que están en la vereda de enfrente”, en la misma línea que el edificio que colapsó.
Mariano Madueña, hijo de Isidoro, amplió ayer su denuncia y la Fiscalía 38 solicitó al juez de la causa que se suspendan las tareas de demolición, aunque se ignora si el pedido fue aceptado. “Por ahora no hay indicios del paradero de mi padre”, dijo el joven. Madueña comentó que recibió las disculpas del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, por los dichos del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, quien había declarado por la mañana que “por fortuna” había “una sola persona desaparecida”. El ministro de Seguridad, que el lunes dijo que tenían fotos de Isidoro y que se hacía “verificación de cámaras” para tratar de “identificarlo en la zona”, recién ayer reconoció que “se trabaja con una hipótesis clara de una persona desaparecida”.
También habló ayer con Página/12 otra de las damnificadas, Mónica Nizardo (45), quien estaba por mudarse a su “departamento de soltera” en el 9º “B” del derrumbado edificio de Bartolomé Mitre 1232. “Había escriturado el 20 de octubre, pero todavía no me había mudado. Estuve haciendo unos arreglos para ubicar el lavarropas debajo de la mesada porque no tenía lavadero. Sólo había llevado una heladera nueva, un televisor usado y un sommier sin el colchón.” Ayer, Nizardo pidió ser tenida como querellante en la causa a cargo del juez Rongo.
La propietaria, con el patrocinio del ex juez Mariano Bergés, pidió ser tenida en cuenta como “particular damnificada” en una causa que ella pretende que sea caratulada “estrago doloso y no culposo como se está planteando hasta ahora”. Los demandados, en principio, son los dueños de la empresa “Era Arquitectura, responsable primaria de la obra en construcción” lindera al edificio que se vino abajo. Se señaló en el escrito que la firma habría subcontratado “a la constructora Lemarche S.R.L.”. De todos modos, en primer lugar se cita como responsable al arquitecto Ezequiel Mariano Rivarola y también “a los funcionarios de mayor y menor grado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (...) llegando al jefe de Gobierno”, Mauricio Macri.
Nizardo subrayó que, aunque no está señalado en el escrito, “lo que les vengo pidiendo a las autoridades del gobierno porteño es que no hagan demoliciones en el sector afectado, porque es importante que se preserve el lugar para que se puedan establecer las causas del derrumbe y las responsabilidades que les pueden haber cabido al arquitecto y a la empresa constructora”. A la causa iniciada por Nizardo podrían sumarse hoy otros dos propietarios damnificados, de los 31 departamentos con los que contaba el edificio de Mitre 1232. Nizardo, que cuando era dirigente del Club Atlanta encabezó una denuncia contra la barra brava de su equipo, dijo que espera “que ahora se sumen a esta causa otros propietarios, para no estar sola como cuando intenté ponerles fin a los violentos de mi propia institución”, a la que finalmente renunció.
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