SOCIEDAD › UN GRUPO ATACó LA MUNICIPALIDAD, TRAS EL ASESINATO DE UN NENE DE 12 AñOS
El chico fue asesinado en su casa, en apariencia, durante un robo. Hay dos sospechosos detenidos. Los vecinos organizaron una marcha, durante la cual un grupo apedreó la comisaría y la municipalidad. La policía tiró balas de goma.
Un chico de 12 años fue asesinado en Miramar, y una manifestación para pedir justicia por el crimen desembocó en una pedrea y vandalismo contra el edificio de la Municipalidad y represión con balas de goma. El niño, llamado Gastón Bustamante, murió asfixiado, y la principal hipótesis consiste en que, cuando estaba solo en su casa, entraron a robar: al descubrir su presencia y quizá porque conocía a los ladrones, éstos lo golpearon y terminaron matándolo. Hay dos sospechosos detenidos. Los vecinos convocaron a una marcha para pedir justicia pero, en su transcurso, un grupo de adolescentes apedreó el edificio comunal y algunos ingresaron a producir destrozos. La infantería policial bonaerense reprimió con balas de goma.
Pasadas las 21, empleados de la Municipalidad de Miramar se atareaban entre los escritorios caídos, las computadoras y los monitores derribados, procurando ordenar las oficinas del frente de la sede comunal. Quince minutos antes, todavía el cuerpo de Infantería de la Policía Bonaerense había disparado balas de goma contra los manifestantes –varios de ellos no aparentaban más que 14 o 16 años– que arrojaban piedras. La acción disuasiva más efectiva fue probablemente la de los vecinos mismos, que se acercaban uno por uno a los chicos para instarlos a que cesaran en la pedrea. Varios de los escudos de plástico de los guardias de Infantería –atrincherados en el local municipal– resultaron quebrados.
En realidad, los disturbios habían empezado ante la comisaría local, donde fueron apedreadas las puertas. Pero los mayores daños se produjeron en la Municipalidad. “Ninguno de los que tiran piedras es pariente de Gastón”, sostenía una de las vecinas.
Según un funcionario policial, habría tres o cuatro efectivos con heridas –de poca consideración–, y también dos vecinos habrían sufrido lesiones. Cerca de las 21.30 se hizo presente en el lugar el comisario general Hugo Matzkin, superintendente de Seguridad de la Policía Bonaerense, que ingresó a la Municipalidad sin hacer declaraciones.
Patricio Hogan, intendente del partido de General Alvarado –que comprende a la ciudad de Miramar–, sostuvo que los de la pedrea “son activistas políticos, a los que llegué a identificar por la televisión. Los conozco, han militado en los partidos políticos. Las familias que realmente salieron a la calle para pedir justicia no son las que estuvieron en los disturbios”.
Todo había empezado en la mañana de ayer. Minutos después de las diez, la mamá de Gastón Bustamante llamó a su marido para decirle que había encontrado al hijo de ambos muerto, junto a su cama, en la casa familiar de Calle 27, barrio Las Palmas, Miramar. La mujer había salido a hacer compras; el hombre, carpintero, estaba trabajando.
La autopsia, en la tarde de ayer, confirmó que el chico había sido golpeado y finalmente asfixiado, probablemente con una media. “Cuando el fiscal inspeccionó el lugar, acompañado por el padre de la víctima, resultó que faltaría algo de dinero, no más de 300 o 400 pesos, y que el televisor estaba movido, como si hubieran tratado de llevárselo –dijo a este diario una fuente judicial–; de todos modos, son datos preliminares, porque el padre y la madre estaban bajo una terrible crisis de nervios.”
“No había motivo para dar muerte a un chico. Lo podrían haber reducido de otra manera, en lugar de golpearlo ferozmente y asfixiarlo con una media”, exclamó, en la tarde de ayer, Rodolfo Moure, fiscal a cargo de la investigación. Su comentario abre en principio dos posibilidades: una es la pura irrupción de una brutalidad descontrolada; la otra es que Gastón hubiera reconocido a uno de los ladrones y ésa haya sido su reacción.
Dos hombres mayores de edad, que viven cerca de la casa de los Bustamante, fueron detenidos en la tarde: el fiscal procuraba establecer “si eran conocidos de la víctima”, ya que “la principal hipótesis es que entraron a la casa pensando que no había nadie y se encontraron con el nene”. Los accesos a la vivienda no habían sido forzados, y se supone que entraron por la puerta trasera, que habría estado abierta.
Temprano a la tarde, el intendente Patricio Hogan había dispuesto dos días de duelo en la ciudad de Miramar, ya que “un hecho de tal magnitud ha afectado no sólo a la familia y allegados al pequeño, sino a la sociedad miramarense en su conjunto”.
Gastón cursaba el séptimo grado en la escuela El Principito y jugaba al fútbol infantil en la octava división del club Defensores de Miramar.
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